Diario de León
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enrique vázquez
León

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Como si ya se advirtiera el tono que, supuestamente, tendrá la gestión de política exterior y de seguridad del segundo Gobierno Obama, un responsable de la Casa Blanca cuyo nombre (Ben Rhodes) dirá poco o nada al lector, dijo el miércoles ante periodistas que la Administración ya no excluye salir de Afganistán sin dejar un solo soldado detrás. Rhodes es el viceconsejero de Seguridad Nacional del presidente y su portavoz para comunicaciones estratégicas y puede darse por sentado que sus palabras tenían la anuencia de su jefe directo, Tom Donilon, y del propio Obama.

La ausencia de dramatismo del anuncio reside en que la guerra en Afganistán está amortizada en términos militares y de opinión, concluida de hecho en el registro político (con la asunción realista de que los talibanes no han sido derrotados) y con la muerte de Bin Laden y en tanto no hay bajas americanas carece de emoción. Y su interés adicional, en cambio, reside en que se ha mencionado cuando el presidente de la República afgana, Hamid Karzai estaba volando camino de Washington, donde giró una visita oficial.

Hamid Karzai sabe que su porvenir como líder del nuevo Afganistán está algo más que comprometido e intenta tomar posiciones desde una flexibilidad realista, acomodaticia incluso, que pasa por gestos constructivos al poderoso vecino paquistaní, de una parte, y de otra a los propios talibanes. Al primero, blanco de sus críticas por su legendario doble juego (le reconoce un peso regional y una legítima preocupación por lo que se percibe en Islamabad como excesiva presencia de la India, el viejo adversario regional, en Kabul. Y a los insurgentes les describe ya abiertamente como un factor legítimo de la gestación de la paz final, que ha dibujado en un plan en cuatro puntos que pasa por una negociación sin exclusiones en Arabia Saudí

El tiempo está tasado: el último día del año próximo no quedarán soldados de la coalición y el plan USA, que hasta ahora pasaba por mantener un remanente (tal vez unos diez mil soldados dedicados a entrenar a los afganos pero listos para operaciones puntuales de contra-insurgencia) es súbitamente indeciso y asume la posibilidad de cerrar del todo y dar la llave a la autoridad local.

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