Diario de León

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La cigüeña ya está en casa

Se acerca la primavera y este ave, cuya supervivencia ya no está en peligro, regresa a la provincia, uno de los núcleos de concentración más importantes de españa

Una cigueña levanta el vuelo con un pez ya muerto, junto al Parque Nacional de Doñana.

Una cigueña levanta el vuelo con un pez ya muerto, junto al Parque Nacional de Doñana.

Publicado por
a. gil
León

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Está de regreso. El sabio dicho de «En San Blas la cigüeña veras» se ha vuelto a cumplir y ya son muchas las que en las últimas semanas han regresado a León para pasar unos cuantos meses.

Y es que la provincia es, junto a Badajoz, Cáceres, Salamanca y Zamora, uno de los puntos de concentración de este ave, asociada a las buenas noticias, los nacimientos y la inminente llegada de la primavera.

Aquí encuentra muchas ventajas: Riberas de ríos grandes con prados y pastizales y disponibilidad para establecer sus nidos. Sin embargo, la cigüeña blanca emigra hacia el mes de agosto a zonas más cálidas no por el frío, sino por encontrar comida con más facilidad y emprende su regreso a casa a partir de noviembre. El momento de la marcha sigue igual que hace años, lo que se ha acortado es la fecha de regreso. Ahora toca volver antes porque la comida no escasea.

Son fieles a sus nidos y vuelven siempre en primavera para cumplir con los ritos de apareamiento y reproducción que suelen completar con la misma pareja. Este movimiento migratorio antes se extendía a África —sobre todo a Mali, Mauritania, Senegal y Marruecos—, según explica Javier García, miembro del Grupo Ibérico de Anillamiento (GIA) de León, encargado de anillar estas y otras aves en la provincia y seguir sus movimientos para elaborar estudios. Sin embargo, la cigüeña ya no es la gran viajera que era hace años y ahora su billete de ida acaba, muchas veces, en Andalucía. No cruza el Estrecho y eso ha mermado considerablemente la mortalidad de este ave de tupido pelaje. Se reduce el viaje, se reducen los peligros. Estos, sin embargo, se encuentran muy cerca. Y es que el 90% de las muertes no naturales de cigüeñas se producen a causa de los tendidos eléctricos.

A pesar de eso, ahora esta zancuda vive un momento de conservación bueno. Pero los viajes más cortos son solo una de las razones de que la población de cigüeña blanca haya experimentado un notable aumento en los últimos años. Y es que, aunque el último censo data del 2004 y se realiza cada diez años, en León el GIA estima que en la provincia hay en la actualidad cerca de 2700 parejas de cigüeñas, mientras que en España, según el proyecto Migra de SEO Birdlife, que sigue el comportamiento de estas aves, existen 33.000 ejemplares, por lo que no se considera un animal en peligro de extinción.

Se sigue de cerca por su estrecha relación con el desarrollo humano, del que recibe las principales amenazas. Pero también el hombre ha contribuido a su desarrollo. El hecho de que desde 1984 la población de cigüeñas haya ido en aumento en León se debe también, al igual que en el resto de España, a la proliferación de vertederos.

Aunque su dieta tradicional se compone de insectos, ranas, pequeños peces y reptiles, generalmente relacionados con humedales, lagunillas, estanques y tierras inundadas que se secan en invierno, ahora resuelve su dieta en los vertederos y basurales a cielo abierto. Por eso el 2007, año en el que abrió el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de San Román de la Vega, marcó un punto importante para el desarrollo de la cigüeña blanca.

Sin embargo, estas nuevas fuentes de comida, que son regulares y constantes, están amenazadas por la normativa europea, que aspira al vertido cero en el año 2050. «Será entonces cuando podamos identificar, a ciencia cierta, si las cigüeñas recuperan su comportamiento migratorio tradicional o si se experimenta un declive de la especie», señalaba recientemente a Efe Blas Molina, responsable del área de estudio y seguimiento de aves de SEO/Birdlife.

Ahora no hay duda de que su población está estable. Atrás quedaron las malas cifras de principios de los años 80 que apuntaban a alrededor de 300 parejas de ‘ciconia ciconia’.

«Hasta el año 84 es cierto que había peligro de que se extinguiese. Eran los tiempos del uso de fuertes pesticidas y de la desecación de humedales en España», explican desde el GIA de León. Ellos se encargan de hacer el seguimiento de este ave en la provincia durante todo el año y envían la información a la Estación Biológica de Doñana que agrupa toda la información de España en una base de datos a partir de la cual elabora sus estadística el Ministerio de Alimentación, Agricultura y Medio Ambiente.

En la actualidad, el GIA de León tiene 500 cigüeñas anilladas gracias al trabajo que viene desarrollando desde el 2005. «El anillamiento es un proceso largo, ya que se realiza cuando son pollos y hasta los cuatro o cinco años no se reproducen y se empieza a ver de verdad su evolución para poder recoger datos», señala Javier García, uno de los 20 miembros del grupo en León que nació en el 2002 y que prácticamente se dedica en exclusiva a este proceso.

Realizan un seguimiento anual a estas aves planeadoras que comienza en marzo cuando acuden a los nidos para ver su ocupación y regresan en el mes de junio para contar los pollos. Además, siguen a los ejemplares anillados tanto en la provincia como en otros puntos de España y, a través del avistamiento de cigüeñas con anillas intercambian datos para completar su seguimiento. Por ejemplo, una de las aves que anillaron en Barrio de Nuestra Señora en el 2005 fue vista en Palazuelo de Boñar cuatro años más tarde y en Vejer de la Frontera en el 2010, cuando murió tras colisionar contra un aerogenerador.

Es así como saben de sus movimientos migratorios. Según sus datos, en el año 2006, la población subió un 20%, hasta 1024, y a partir de ahí la descendido otro 20%, lo que hace que ahora mismo el número de parejas de cigüeña blanca esté un poco por debajo de la del 2004, que marcó todo un récord con 2.779 parejas, según el último censo oficial, que volverá a revisarse este año con el V Censo Internacional de Cigüeñas que se realiza en dos fases: la invernante, el próximo octubre, y la de parejas reproductoras, en la primavera del 2014.

Hasta entonces, la cigüeña se dedicará ahora, tras volver a casa, de reconstruir sus nidos tras las inclemencias del invierno y comenzar el proceso de reproducción. Las primeras puestas se producen en el mes de marzo y tienen, de media, entre tres y cuatro huevos. Los cigoñinos, cegoños o cigüeños hacen en abril, tras casi dos meses de incubación y se encuentran en las principales colonias que existen en la provincia: Alija de la Ribera, Vilapadierna, Toral de los Vados, Val de San Lorenzo, La Losilla y San Adrián, Quilós, Cortigueira y Vidanes. Santibáñez del Bernesga es otra gran colonia, donde se han contabilizado hasta 70 nidos. Y Alija de la Ribera, otro de los referentes en este sentido, se ha quedado sin colonia de cigüeñas tras ser arrasados sus cerca de 60 nidos tras la tala de una chopera hace apenas dos semanas.

El Bierzo tuvo su momento en este sentido, Entre 1990 y 2004 la población de este animal se multiplicó por cinco, pero al quitar los vertederos y sin agricultura ya no resulta un hábitat adecuado.

Sin embargo, la cigüeña seguirá ahora su proceso vital. Tras volver a casa toca reproducirse. Puede hacerlo durante toda la vida a lo largo de los casi veinte años de vida que tiene de media.

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