Felipe Santos fernández
Con el lujo por las nubes
El leonés de cembranos Felipe Santos pilotará hoy de regreso a Dubai el vuelo EK 186 del superavión A380 con capacidad para 517 pasajeros en el primer vuelo regular que Emirates traerá a Barcelona
Es el avión más fácil de volar del mundo». El Primer Oficial de vuelo Felipe Santos Fernández (Cembranos, 1974), pilota el A380, el avión más grande del mundo. Hoy se encargará del vuelo EK 186 de regreso a Dubai a las 15.25 horas, en el primer viaje regular que la compañía Dubai Emirates trae a Barcelona. Santos Fernández se encarga hoy de pilotar el buque insignia de la compañía, certificado para un máximo de 853 asientos de pasajeros, después de 30 vuelos en esta aeronave a países como Sídney, Melbourne, Tokio, Seúl, Shanghai, Hong Kong, Kuala Lumpur, Bangkok, Jeda, París y Londres. El A380 de Emirates vuela a 21 países. «Si haces el curso de transición desde otro avión Airbus, como es mi caso, tienes una sensación de familiaridad. Como si todo lo hubieras sabido anteriormente aunque no supieras porqué. He volado todos los aviones fly-by-wire de Airbus y al hacer el curso de A380 parece como si, de repente, todo cobrara sentido. Es como si éste fuera el avión que los ingenieros del antiguo consorcio Airbus hubieran querido hacer desde sus diseños iniciales pero no fueron capaces porque la tecnología de los años 80 no lo permitía», explica.
A bordo del A380 de Emirates los pasajeros disfrutan de un vuelo de lujo. La configuración de tres clases, con 14 suites privadas en primera, 76 asientos cama en bussiness class y 427 asientos en economy class, convierte el trayecto en una experiencia única, lo más parecido a viajar en un jet privado, en el que los pilotos trabajan en «una de las cabinas más amplias y modernas que hay en la actualidad», explica este leonés. «Tiene un montón de automatismos que hacen el trabajo del piloto muy fácil. Se controla y responde a los movimientos de los mandos con una agilidad propia de los aviones ligeros». El avión está diseñado para poder volar durante jornadas muy largas sin fatigarse.
«Para mí es un honor que Emirates me haya asignado este vuelo», asegura, «es emocionante poder dirigirme a los pasajeros en español. Al mismo tiempo va a resultar extraño para mí volver a escuchar a los controladores hablar español».
Santos ha pernoctado en más de 30 países. «He realizado vuelos de ida y vuelta en más de 50. Hablo inglés e italiano. Por razones laborales he estado en Italia más de dos años. En cualquier caso, el idioma internacional de comunicaciones aeronáuticas es el inglés. Esto facilita mucho las comunicaciones entre pilotos y controladores en cualquier lugar del mundo. El español está reconocido por la OACI (Organización Internacional de Aviación Civil) como un idioma alternativo y muchos pilotos siguen usándolo en países de habla hispana».
Gracias a este primer vuelo regular de Emirates a Barcelona, que se repetirá el 1 de marzo, los pasajeros con salida desde el aeropuerto de El Prat, una vez en Dubái, podrán utilizar este buque insignia de Emirates a otros destinos como Sidney, Melbourne, Aucland, Pekin, Hong Kong, Shanghái, Singapur, Bangkok, Kuala Lumpur, Seúl, Tokio o Johannesburgo.
PRIMER LEONÉS
Emirates estipula un mínimo de 2.500 horas de vuelo en aviones reactores de varios motores o 4.000 horas de vuelo de experiencia totales y 2.000 de reactor o 2.500 para acceder a los exámenes. «Si eres contratado», asegura, «el primer año vuelas en un avión más ligero». Después de 8.000 horas de vuelo y tras un curso del A380 en Sidney hoy realiza la maniobra de despegue de regreso desde Barcelona a Dubai. Es el único leonés que trabaja para la compañía «pero Emirates realiza regularmente jornadas de selección de pilotos por lo que no sería extraño que en un corto periodo de tiempo encuentre alguno más», asegura.
Santos ha fijado su residencia habitual en Dubai junto a su mujer, que es vallisoletana. «La conocí en un vuelo durante mi etapa en el Ejército del Aire. Su padre es mecánico de aviación y llevó a toda la familia en ese vuelo».
Pese a la distancia, regresa a León para ver a sus padres cinco veces al año. La compañía para la que trabaja opera tres vuelos diarios a España (dos a Madrid y uno a Barcelona, todos realizados en el Boeing 777) cuya duración es de menos de siete horas «por lo que no tengo la sensación de estar lejos de León».
VOCACIÓN ACCIDENTAL
Su vocación surgió «de forma accidental» y señala a su hermano como responsable de esa decisión. «Mi hermano envió la solicitud para participar en un examen oposición en la que buscaban pilotos para el Ejército del Aire. Probé, aprobé y me encantó».
Estudió la carrera en Oviedo porque en el año 1992 no existía en León «tuve que abandonarla temporalmente cuando ingresé en el Ejército porque la formación militar era en Los Alcázares, en Murcia. Una vez finalizada mi formación aeronáutica inicial continué los estudios en la UNED porque tenía muchas facilidades, como poder hacer los exámenes en diferentes centros asociados y en las embajadas».