Rihanna, 25 ajetreados años

A punto de cumplir 25 primaveras, Rihanna puede presumir de una de las carreras más meteóricas que se recuerdan en la industria musical comercial. Desde que dio el pistoletazo de salida en el 2005, siendo la de Barbardos una adolescente, suma siete álbumes y otros tantos premios Grammy, el último de ellos hace apenas unos días, y ya ha sido elegida por la revista Billboard como la artista más importante de las últimas dos décadas.

Un ritmo frenético que le ha llevado a publicar prácticamente un disco por año, siendo el último Unapologetic , que inclue temas como el popular Diamonds . Y es que, si algo sabe hacer la barbadiense, es convertir en oro todo lo que toca.

Raro es el ‘single’ suyo que no alcance el número uno de ventas en varios países, como así demuestran los sonados Disturbia , Only Girl In The World o Don’t Stop The Music ; tanto es así que a la edad de 23 se convirtió en la cantante más joven de la historia en conseguir diez números 1 en EE.UU..

Pero no todo son alegrías y éxito para Rihanna. En contraste con su carrera artística, que recientemente ha compaginado con el diseño de moda y su primer papel en Hollywood con la cinta «Battleship», su vida personal y sentimental ha estado salpicada por la controversia y los escándalos.

El más sonado, su tormentosa relación con el rapero Chris Brown, que acaba de retomar a pesar de la contundente paliza que le propinó en el 2009, la víspera de la entrega de los premios Grammy de ese año. «Creo que soy un poco masoquista», confesaba hace meses en una entrevista. Con decisiones así, confirma las sospechas.

Una caRRERA METEÓRICA

Su aparición en la alfombra roja de la 55 edición de los Grammy, hace apenas unos días, fue la más deslumbrante de la noche. Acostumbrados a su imagen extrema, estilísticamente inclasificable y provocadora, Rihanna escogió un vestido rojo vaporoso de Azzedine Alaïa con escote en la espalda con el que minutos más tarde recibiría el galardón al mejor vídeo musical versión corta por su tema We Found Love .

Es el séptimo Grammy que recibe la artista barbadense, una cifra contundente teniendo en cuenta sus siete años de carrera. Pero sus logros van mucho más allá: ha vendido más de 20 millones de copias de sus siete trabajos discográficos y, según la prestigiosa revista Billboard , posee el mayor número de entradas en lista, el mayor número de inclusiones entre los diez primeros y más números 1, empatada con Katy Perry.

Por todo ello, fue nombrada hace unos meses la artista más importante de los últimos veinte años, por delante de figuras como Britney Spears, Mariah Carey o Madonna. Ahora está inmersa en la promoción de su séptimo álbum de estudio, Unapologetic , pero la de Barbados ha sacado tiempo para aventurarse en el diseño de moda.

Una nueva aventura profesional con la que acaba de estrenarse en la Semana de la Moda de Londres de la mano de la firma River Island, «un sueño hecho realidad», confesaba ella misma en la capital birtánica. Como no podía ser de otra forma, el desfile levantó muchísima expectación y en él pudieron verse diseños y materiales seña de identidad de la cantante (denim, mucho cuero y plataformas).

PREDILECCIÓN POR LO OSCURO

Robyn Rihanna Fenty tuvo una infancia poco recomendable, con un padre borracho y drogadicto que se dejaba la mitad del sueldo en sus vicios. Un pasado oscuro que le marcó considerablemente y que ahora, a la edad adulta, mantiene vigente protagonizando actitudes que rozan el escándalo y la provocación.

De ello hace alarde en algunos de sus videoclips, como es el caso del ‘single’ Diamonds , donde se fuma a cámara lenta un cigarrillo liado con diamantes, o a través de redes sociales como Twitter o Instagram, por las que difunde con asiduidad una (estudiada) imagen polémica.

Pero, si hay algo que está perjudicando la imagen de Rihanna, es su noviazgo con el polémico rapero Chris Brown, que incluso le ha costado la amistad de algunos artistas, como Katy Perry.

Una controvertida y compleja relación que comenzó en EL 2008 y que vivió su peor momento un año después, cuando en la noche previa a los Grammy, él le pegó una brutal paliza e incluso la amenazó de muerte. Brown, que ha protagonizado varios episodios violentos, fue puesto en libertad condicional y obligado a realizar seis meses de trabajos comunitarios.

Cuando parecía que la de Barbados había roto toda relación con el rapero, llegaron dos colaboraciones musicales de alto contenido erótico, que encendieron todas las alarmas. Como muchos sospechaban, aquello fue la antesala de un nuevo acercamiento que finalmente ha derivado en una nueva oportunidad sentimental.

Una decisión que ha levantado muchas ampollas, que a Rihanna le son indiferentes. «No voy a dejar que se interponga la opinión de nadie. Si es un error, es mi error», afirmó recientemente la cantante en una entrevista.

Y es que parece haber olvidado las fuertes contusiones y cortes en los labios que le provocó, ya que, como añadía, ahora tiene la certeza «de que está disgustado por lo que hizo. Cometió un error y lo pagó. A veces las personas necesitan apoyo y fuerzas, en lugar de tantas críticas».