La lección

El pueblo se echó a la calle. En busca de la luz y del sentido común. Las gentes se rebelaron, como los cuestos de Benavente, abultados a principios del siglo XX para ensanchar los Paseos de la Mota, contra el despilfarro y la desidia. El pueblo convirtió en papel mojado las órdenes contra la educación y contra la familia. Se negó a aceptar su decreto de muerte. Fue en Riaño. Allí donde anegaron la vida bajo un pantano y ahora quieren enterrar la escuela. En la montaña leonesa.

El lugar, uno entre una treintena, donde el consejero portavoz, José Antonio de Santiago, y el de Educación, Juan José Mateos, tienen deberes pendientes: Subirse a un autobús escolar y recorrer 140 kilómetros diarios para ir a la escuela. Aprenderán un poco de Conocimiento del Medio y, con un poco de suerte, a distinguir el puerto de la llanada.

Bailan el paso

Riaño, Toral de las Vados y Vega de Espinareda han hecho mover el culo a toda la clase política, desde sus alcaldes, del PP y del PSOE, a la presidenta de la Diputación y del PP de León. Hasta Óscar López ha sentido, desde su refugio madrileño, el aleteo de la mariposa verde, la educación pública en los pueblos, en los recónditos pueblos de la Comunidad. El portavoz errante quiere hacer la pascua al Gobierno de Herrera en la sesión de control del martes. Bailan el paso a los pueblos. Ya es hora.

Los cuestos de la Mota de Benavente se llevaron por delante una pasarela que costó más de dos millones de euros. Le echaron la culpa al agua. A la lluvia, siempre culpable. Pero la pasarela se desplomó sobre la ría Vieja del Órbigo porque fue construida sobre un terreno inestable, un relleno artificial, y porque, como ha dicho el procurador socialista José Ignacio Martín, alguin se olvidó de hacer un estudio geológico.

No fue culpa de la lluvia; fue la falta de sentido común. Lo mismo pasa con la medida de suprimir 36 aulas del primer ciclo de ESO la Comunidad. No es la ley. Es la política de recortes y de aniquilación del mundo rural. No es la ley. Es la falta de sentido común de quienes toman decisiones sobre un mapa imaginario en el que el centro es Valladolid y, de Villanubla pallá, sólo ven periferia y practican el desprecio.

Brujas

Don Juan José dice que lo único que le preocupa es la calidad de la enseñanza. Pues que vaya a dar una vuelta por algún centro donde se proclama una nueva ley de la Astronomía: «En el cuarto día Dios creó el Sol y la Luna...». Ya. Y Eva salió de la costilla de Adán. Ay, Hipatia, si levantaras la cabeza y vieras lo que se cuenta a las criaturas 1.700 años después de tu lapidación. Astrónoma, matemática y fiolósofa olvidada. Lapidada en el siglo IV por saber, por investigar, por pedir tolerancia. Por mujer. La primera ‘bruja’.

A cara descubierta

La caza continúa, Hipatia. Imponen su pensamiento único con leyes acomodadas y quieren lapidar la libertad de manifestación y de expresión. Ahora van contra quienes plantan cara a los desahucios y ponen en evidencia a una clase política que beneficia a la banca y perjudica al pueblo. Van contra Ada Colau y sus métodos pacíficos de protesta a los que el presidente del Gobierno se atreve a calificar de «profundamente antidemocráticos». Van contra una mujer fuerte que se ha atrevido a denunciar la injusticia y que tiene una indudable capacidad de liderazgo.

No. Nos nos adoctrinen, señores y señoras del PP. El pueblo acabará rebelándose. A cara descubierta. Como salen hoy los papones del Divino Obrero. Sin capillo y de blanco morado. También a Cibeles la llevaban con cintas moradas y blancas para recibir a la primavera. Y moradas eran las velas del barco en el que Cleopatra fue a encontrarse con su amado Marco Antonio. Nada de resignación. A disfrutar de la Pascua Florida.