Diario de León
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fernando mañueco
León

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El índice Dow Jones de valores industriales de la Bolsa de Nueva York ha conseguido cerrar en estos días por encima de los 15.000 puntos. También el índice S&P 500 se encuentra en niveles nunca antes vistos después de establecer varios récords consecutivos en niveles superiores ya a los 1.600 puntos. Por su parte, el índice Nikkei de la Bolsa de Tokio ha superado los 14.600 puntos, su mejor registro en cerca de cinco años.

Las grandes bolsas del mundo se han animado. Han alzado el vuelo y se han disparado hasta la estratosfera. Las masivas inyecciones de liquidez que han realizado los grandes bancos centrales han obrado esta maravilla. Por unos u otros valores, por unos u otros motivos, se han animado los mercados de acciones de medio mundo. La excepción hay que buscarla en las bolsas del sur de Europa, que se mueven muy lejos de máximos.

La Bolsa de Madrid ha llegado a acercarse en los últimos días a la zona de los 8.700 puntos en el índice Ibex 35, acumula una ganancia del 6% en lo que va de año. En el cortísimo plazo, los 8.700/8.800 puntos se convierten en la cota a batir. Si el mercado no puede con ese nivel, si se dibuja un techo, podría producirse una corrección de cierta entidad. Por abajo, el primer suelo o soporte se encuentra, según los técnicos, en torno a los 8.000 puntos redondos. La confianza de los inversores en la recuperación económica ha animado a los mercados de EE.UU. y Japón, entre otras cosas porque los bancos centrales de ambos países han tomado cartas en el asunto, se han arremangado.

Por el contrario, el Banco Central Europeo se ha limitado a rebajar un cuarto de punto el precio del dinero, y a dejar claras sus buenas intenciones. De momento, los mercados financiero europeos viven de las rentas que generaron las palabras que pronunció el presidente de la institución, Mario Draghi, en el pasado mes julio: «El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro. Y, créanme, eso será suficiente». Hace pocos días Draghi remachó el clavo al asegurar que el BCE está listo para adoptar más medidas de relajación para respaldar la economía de la región si fuera necesario.

En consecuencia, los mercados miran de nuevo hacia el BCE. En el próximo consejo, previsto para el 6 de junio, podría apuntar algunas medidas más agresivas. Al menos eso esperan los inversores. Algunas voces dicen que el Banco Central Europeo debería, por ejemplo, comprar parte de los préstamos en mora de los bancos del sur de Europa, con el fin de que agilizar la concesión de crédito a las empresas. La cadena de transmisión de la liquidez entre las instituciones europeas, los bancos y la pequeña empresa se ha colapsado y el dinero no acaba de llegar a su destino. La escasa y complicada financiación empresarial sigue siendo uno de los principales problemas de la crisis de la eurozona.

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