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tatuajes en león

artistas de la piel

‘Miami ink’ o ‘l.a. ink’, son realities shows estadounidenses que muestran la vida de los tatuadores y de sus clientes, pero los virtuosos de la piel de león se alejan de esa imagen excesiva

Marcos Rito, del estudio Metal Tattoo, y su obra.

Publicado por
Linda Núñez
León

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Si buscamos el vocablo ‘tatuar’ en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), aparecen dos acepciones. La primera dice así: «Grabar dibujos en la piel humana, introduciendo materias colorantes bajo la epidermis, por las punzadas o picaduras previamente dispuestas». La segunda reza de la siguiente manera: «Marcar, dejar huella en alguien o algo». Pero en ninguna de estas definiciones aparece la palabra ‘arte’.

Sin embargo, para tres de los tatuadores más relevantes del panorama leonés, grabar la piel humana sí es un arte, o por lo menos lo es alguna de las partes del proceso que va desde que una persona entra en el estudio hasta que sale de él ya tatuada.

A día de hoy, son reputados creadores dentro del mundo del tatuaje, pero para ninguno de los tres los comienzos fueron fáciles. Desde las fábricas a los camiones pasando por los andamios. En la formación que tuvieron, todos destacan sus viajes al extranjero, Italia, Estados Unidos, Inglaterra, entre otros países, así como la necesidad de saber dibujar como requisito indispensable para dedicarse a este oficio. Estos viajes se vieron propiciados porque en España, durante la década de los noventa el mundo de los tatuajes aún estaba restringido a un pequeño círculo y era prácticamente imposible encontrar el material necesario para desempeñar su labor artesanal.

Ya en nuestro país, continuaron luchando para abrir los estudios donde realizan sus obras, en las que intervienen en función del cliente con el que se topen. Los hay que ya van con la idea muy clara y, entonces, no pueden desplegar todas sus dotes artísticas, pues se limitan a dibujar lo que les piden. Unos se ponen en sus manos guiados por el boom de tatuarse y otros simplemente acuden a ellos y les dejan hacer lo que convengan. Pero sea cual sea la libertad que les dejen, en cada obra que realizan dejan su propia impronta y su saber hacer, porque lo importante es que la persona que acude a sus estudios quede contenta con su trabajo.

Pero el mundo del tatuaje no es tan libre como podría creerse. Además de la faceta artística, dibujar sobre la piel humana es un trabajo como otro cualquiera, con unas horas determinadas y realizando trabajos no muy satisfactorios, en los que, según ellos, no crean nada y no pueden calificarse como ‘arte’. También hay que tener en cuenta que, incluso en las obras ‘freehand’ —método en el que el tatuador tatúa directamente sobre la piel, sin diseños, en algunos casos sí, y sin utilizar el papel guía—, se necesita un dominio total y absoluto de la técnica. Es imprescindible que el profesional conozca los materiales y la zona donde se dibujará, ya que no todas las partes del cuerpo son iguales y, por lo tanto, el resultado varía. Toda esta preparación es necesaria porque la piel no es un lienzo cualquiera en el que valga la experimentación sin más.

Ahora, tras muchos años de duro entrenamiento, nos muestran algunas de sus obras más representativas.

La selección de las mismas no fue complicada, debido a que «no tenemos una obra preferida, ya que todas las hacemos para que queden bien y cada semana podríamos tener una nueva». El tamaño de las mismas podría ser un criterio importante para seleccionarlas pero aclararon que muchas veces un pequeño tatuaje puede ser más significativo que una gran espalda. Es decir, la importancia del tamaño es relativa, ya que los dibujos más grandes se disfrutan más cuando están terminados que cuando se realizan, debido a la concentración que requieren. Igualmente entran en juego otras variables como la persona en sí, casi siempre amigos o personas cercanas, así como la dedicación con la que las hicieron.

Por otro lado, la carga emocional que pudiera haber tras estos tatuajes no ha sido un criterio para la elección de los mismos, ya que estos profesionales se esfuerzan lo mismo en todas sus creaciones, exista o no un elemento sentimental.

Sin embargo, en España, a diferencia de otros países, aún se cree que es un mundo rodeado de excesos y estereotipos. Una imagen quizás alimentada por la proliferación de realities, de los que los tatuadores leoneses han querido diferenciarse mediante su arte y su profesionalidad.

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