Diario de León

álvaro nistal - Scherzingen

«he encontrado un hogar ideal para vivir»

Álvaro Nistal y su novia Tina en la cima de Säntis, el pico más alto del norte de Suiza.

Álvaro Nistal y su novia Tina en la cima de Säntis, el pico más alto del norte de Suiza.

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León

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El leonés Álvaro Nistal salió de León cuando cursaba su último año de universidad. Se fue de Erasmus a Suecia, y allí conoció a su pareja. Un flechazo que le haría quedarse en el extranjero. «Nunca tuve entre mis planes irme al extranjero, pero durante el Eramus que hice en Kristianstad me enamoré de una chica alemana. La única forma de continuar la relación fue mudarme a Alemania, cerca de donde ella estudiaba. Después de hacer un curso intensivo de alemán, de un mes, pasé unos meses en el norte de Alemania con la familia de mi chica preparándome para la búsqueda de trabajo», relata.

Álvaro se vio de repente con novia, en un país nuevo, con gente diferente y sobre todo un idioma complicado. «Para aprender alemán hacen falta ganas. Los primeros tres meses vas cogiendo cosas, después de seis meses ya te atreves a chapurrear. Luego entre momentos de «ahora sí» y «nunca lo conseguiré», lees muchos periódicos, ves la tele y escuchas la radio».

Cuando este informático leonés dejó León no existía la palabra crisis. «De aquella no lo veía venir. Mi grupo de amigos y conocidos salían de León, pero sólo a ciudades más grandes, para tener un abanico más amplio de posibilidades».

Recomienda tener mucha paciencia al principio de la aventura. «No se puede esperar el dorado. No todo va a ser un camino de rosas. Lo mejor, hacerse con una base del idioma antes de viajar si no se tiene y, cuanto antes, perfeccionar esa base», aconseja. Actualmente, Álvaro trabaja como informático para la web de viajes www.HolidayCheck.com. «No me arrepiento del tiempo que dediqué a aprender el idioma, gracias a eso ahora tengo un buen trabajo».

Cuando dejas tu hogar, tus amigos y familia, es difícil encontrar un lugar cómodo para sentirte igual que en casa. Álvaro comenta que la gente fuera de España es diferente, pero matiza: «el cómo te adaptas a la gente y a la cultura, en mi opinión, depende en un 80% de ti mismo. Si no te abres a lo diferente, es difícil encajar no sólo aquí, sino al mudarte a la calle de enfrente».

A la hora de echar de menos reconoce que no pasa un día sin que hable con su familia. «Acaba de nacer mi primera sobrina y tras disfrutar de ella los primeros días, la despedida fue uno de los momentos más difíciles que he vivido».

Por ahora no tiene pensado volver a León. «Tras tantas mudanzas en los últimos años hemos formado un hogar en Suiza. Tina y yo vivimos en una zona preciosa, cerca del lago de Constanza, en el pueblo de Scherzingen».

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