León se deshoja

León se deshoja. Y se me ocurre proponerme como cobaya de la Fundación Felipe González, esa que el ex presidente acaba de registrar para estudiarse a sí mismo y para colocar a su hija. Al fin y al cabo yo sólo tenía 17 años cuando aquel joven socialista catapultado desde Suresnes a Madrid se convirtió en presidente.

No me queda más remedio que admitir que soy una ciudadana en parte producto de sus gobiernos. Avanzo un poco más la cinta rebobinada. Fue por entonces, digo, cuando pasé de recibir una mísera ayuda universitaria a disfrutar de una beca un poco decente, la cual, no obstante, no me permitió dejar de trabajar porque pagaban tarde y tampoco daba para vivir todo el curso.

Así pues, era una ciudadana más en la economía sumergida que al poco tiempo se convirtió en contribuyente y titulada. En Ponferrada. Una ciudad con mucha niebla en invierno. Llovió mucho. Hasta barro y estiércol cayó al final de sus gobiernos. La educación, la sanidad y las pensiones avanzaron más en aquellos años que en medio siglo.

En el charco

Ahora, en poco más de tres años, los pilares del bienestar se diluyen en el charco de la crisis. Pero no hay que preocuparse porque, como dijo Zapatero el otro día cuando fue a la tele a hablar de su libro, lo volveremos a recuperar a la vuelta de la crisis.

Así que, Rajoy, estate tranquilo. La crisis ya la pagaremos la clase trabajadora y sobre todo la gran masa de gente en paro, desahuciada y expulsada del sistema, los sub-sistema, mientras los bancos se comen el dinero público para pagar sus deudas con la usura alemana. Por eso Zapatero, prefería hablar con Sarkozy, que en realidad no le solucionaba nada aunque era muy simpático, que con Merkel. Es ella la que descuelga el teléfono y da las órdenes. Punto.

Rajoy. Desde que escuché a Zapatero intento entender todos los sacrificios que nos pides cada viernes e incluso que mantengas contra viento y mareas verdes a José Ignacio. Nuestro Wert del aula. El ministro al que le pide el cuerpo invitarnos a reflexionar sobre los problemas de la educación pero que va a sacar el solito, con su secretaria de Estado de Educación, y la mayoría absoluta del PP una ley que pone la guinda al desmantelamiento de la educación de todos y todas y para todas y todos.

Impunes

Disculpa que utilice el lenguaje de las pancartas y no economice con el (falso) genérico masculino. Pero es lo que me pide el cuerpo. Todo hay que decirlo, para soportar las pamplinas y el silencio cómplice de Zapatero preparé un chocolate bien calentito. Y espeso. A mí las cosas claras. Y a la cara. A lo Muñoz Molina: Vivimos en un país «asolado por una crisis cuyos responsables quedan impunes mientras sus víctimas no reciben justicia».

El caso es que para lo de Felipe González no creo que pueda tomar nada. Porque tengo pánico a las drogas y desde luego no me voy a amargar un buen vino. Allá él y su hija y todos sus patrocinadores. Yo, ya digo, puedo ser su cobaya. Prometo contar también lo de la OTAN y lo de Aznar.

Gotas

León se deshoja y los candidatos a dirigir la UPL miran a Cataluña. El grito de ‘León solo’ se multiplica como las gotas de lluvia. Piensan llenar un embalse de votos. Y no es mala idea. Con la que está cayendo... Por suerte, cae la poesía a cántaros en San Marcos. La poesía es, Gabriel Celaya, un arma cargada de futuro. Y toma la plaza. El espacio público se colmata de versos. Y su poso queda allí, como hojas que forman una alfombra en el bosque y se entregan a la tierra. Son humus. Alimento para el futuro. La luna de octubre siete lunas cubre. León se deshoja en versos. Volvió el Agora de la Poesía.