Diario de León

EL SUPERVIVIENTE. ELADIO GONZÁLEZ MEDINA

«Cogías un brazo y se le salía la piel»

Eladio es un veterano ferroviario que ha trabajado en Mataporquera y, durante casi toda su vida, en Cistierna.

Eladio es un veterano ferroviario que ha trabajado en Mataporquera y, durante casi toda su vida, en Cistierna.

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Aunque Eladio González Medina tenía que haberse presentado el 2 de enero de 1944 en el cuartel de Ponferrada, a última hora decidió apurar un poco el permiso navideño y permanecer un día más con la familia en su pueblo de Valle de las Casas, cerca de Cistierna, donde había visto la luz en 1920. Ese 2 de enero, a las cuatro de la tarde, bajó a León y durmió en la ciudad para poder tomar el Correo de Galicia a la mañana siguiente.

Eladio, que nunca antes ha narrado su experiencia ante los medios, recuerda bien que el Expreso había subido el puerto de Brañuelas «con dos máquinas» y que en La Granja desengancharon una de ellas —tal y como se supo después, por un problema técnico—. Rememora el creciente aumento de velocidad y cómo pasaron ante el apeadero de Albares como una auténtica exhalación. «Nos dijeron que no nos asomásemos por las ventanillas», evoca. «Pero una señora, al mirar y ver lo que pasaba, se tiró del tren». El convoy iba cargado hasta los topes y se había quedado sin frenos. «Llevaba mucha, mucha gente. Era día de mercado en Bembibre y allí había de todo: paisanos que iban a comprar y vender, viajeros a Galicia, estraperlistas… y más de la mitad de ellos, sin billete». Eladio viajaba en uno de los vagones de tercera clase y de pronto empezó a oír «muchos gritos». Notó un golpe grande y «una costalada»: su vagón había descarrilado y había quedado acostado sobre la trinchera a la entrada misma del túnel.

Para Eladio, aquel era el sexto año consecutivo que vestía uniforme militar. Llamado a filas en 1938, había participado en las campañas del valle de Arán y Lérida, combatido en el Ebro y entrado con las tropas nacionales en Barcelona y Gerona, combates en los que cayeron muchos compañeros y tras los cuales se acostumbró a la visión de los parapetos sembrados de cuerpos. Una vez finalizada la guerra, formó parte de los contingentes cuya misión era perseguir y acabar con la guerrilla antifranquista o maquis en los montes del Bierzo y áreas cercanas. En concreto, Eladio estaba destinado en la cabeza municipal de Ancares, Candín. Y allí se dirigía, previo paso por Ponferrada, aquel 3 de enero de 1944.

El joven soldado de Valle de las Casas resultó ileso, como la mayor parte de ocupantes de los vagones de tercera. «Había gente que se quejaba; a alguno le cayó encima una maleta y le rompió un brazo, bueno, todo cosas así». Fue al salir del coche cuando empezó a darse cuenta, paulatinamente, de la magnitud de la tragedia, sobre todo después de escuchar el segundo impacto protagonizado por el mercancías 7442 al otro lado del túnel. Grandes nubes de humo salían de la oscura boca y Eladio y sus compañeros, en calidad de militares, fueron quienes hubieron de ocuparse de las primeras labores de rescate y atención. «Fíjate, eran las dos de la tarde y hasta las diez de la noche no paramos», dice, rememorando el acarreo continuo de cadáveres. «Aquello ardió todo, la gente estaba achicharrada». «Tirabas del brazo de uno y te quedabas con la piel en la mano». «Del túnel casi no salió nadie con vida», explica.

Ya por la noche les llevaron a un centro social de la Falange («solo a los militares que íbamos en el tren», admite) y les dieron alimento y bebida después de ocho horas sin probar bocado («aunque yo no tenía gana ninguna de comer»). Hablaron del accidente entre ellos pero al poco tiempo cayó el silencio sobre el asunto. Eladio oyó entonces decir que habían sido 600 los fallecidos, y él es partidario de esa cifra («iban más de cien tíos en cada coche, con cestas, con todo tipo de cosas, no nos podíamos ni revolver»). En cuanto a las causas, este curtido ferroviario que hoy goza de una envidiable salud y fortaleza física apunta al peso excesivo, a la deficiente infraestructura y al hecho de llevar una sola máquina. ¿Le afectó personalmente la experiencia? «Bueno. Como había visto ya tantas cosas en la guerra…».

tracking