Diario de León
Publicado por
Andrés Aberasturi
León

Creado:

Actualizado:

Vamos a prescindir —en la medida de lo posible— de que el otro protagonista se llame Miguel Blesa y fuera el jefe de Caja Madrid en momentos claves, amigo de Aznar y todo lo que se quiera añadir. Y vamos a prescindir de los algunos antecedentes digamos «conflictivos» del juez Elpidio José Silva al que el TSJM ha decidido abrir juicio por posible prevaricación en el caso que nos ocupa.

A Blesa le hemos escuchado poco y al juez, después de ser apartado del caso, se lo han rifado las cadenas de televisión para que dijera todo lo que quisiera. Y el problema es que el juez, lo ha dicho. Ha dicho muchas cosas y muy graves antes, durante y después de este parto. Y eso que todo juega a su favor menos una cosa; juega a su favor ser un juez hasta ahora desconocido, enfrentarse a un poderoso millonario del que salen fotos escasamente atractivas de sus cacerías, haber tenido el «valor» de mandar a la cárcel por dos veces a un banquero sin que le temblara el pulso mientras una sociedad en plena crisis y cabreada con toda la razón por los turbios negocios de las cajas de ahorros, aplaudía este gesto.

Seamos serios; al juez Elpidio José Silva se va abrir juicio oral por varias cosas muy concretas y algunas muy técnicas: por reabrir un caso que él mismo había sobreseído provisionalmente sin motivar en absoluto semejante decisión y sin que hubiera nada nuevo que lo modificara; por el envío a prisión a Blesa —dos veces, la segunda incondicional— lo que provocó una auto muy razonado de la Audiencia Provincial en contra de la medida; por solicitar pruebas —como los correos de Blesa y otras— que afectan a derechos fundamentales mediante una providencia —que no requiere explicación alguna— y no un auto en el que debe justificar y explicar su petición sobre todo cuando se trata de asuntos amparados, como he dicho, por derechos fundamentales. Y aun se podrían añadir otros temas y basta leer el auto del instructor, Jesús Gavilán, magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Y eso es también la Ley a la que deben someterse banqueros y jueces.

Pero tan malo es elevar a los altares a banqueros como a jueces y tan peligroso condenar a priori a jueces como a banqueros por el hecho de serlo.

tracking