Diario de León

Ocio con animales

Un Café gatuno

Llega la moda de los ‘cat-cafés’, lugares donde los clientes pueden tomar algo y aliviar el estrés en compañía de unos ronroneantes felinos

La Gatoteca, un local para compartir con gatos en el madrileño barrio de Lavapiés.

La Gatoteca, un local para compartir con gatos en el madrileño barrio de Lavapiés.

Publicado por
RICARDO SEGURA
León

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En una cafetería convencional escuchar los maullidos o el ronroneo de un gato o verlo deambular entre las mesas provocaría el asombro o sobresalto de muchos clientes, pero en ciertos locales los parroquianos no solo lo ven como algo normal y deseable, sino que van más allá agradeciendo que estos animales se restrieguen contra sus piernas o les hagan cosquillas con sus bigotes, premiándolos con palmaditas y caricias.

Son los ‘cat-café’ o cafeterías gatunas, en los que conviven fugazmente y se prodigan mutuas atenciones, visitantes humanos y anfitriones felinos, y que están proliferando en todos los continentes. Ciudades como Viena, Londres, Taipei, Tokio, San Petersburgo, Budapest o Múnich ya tienen algún local de este tipo. Dos de los más recientes han abierto sus puertas en París y Madrid.

En uno de los distritos más elegantes de la capital francesa ha comenzado a funcionar el Café de los Gatos ( www.lecafedeschats.fr ), donde los comensales pueden disfrutar de una gran repostería en compañía de una docena de gatos residentes en el lugar, que zigzaguean entre las concurridas mesas o se acurrucan en los mullidos sillones.

El establecimiento, ideal para los parisinos que no pueden tener mascotas en los céntricos y pequeños apartamentos de la urbe, cuenta con una colonia de gatos que han sido abandonados o acogidos en centros de rescate de mascotas.

La gerente del café, Margaux Gandelon, confía en los potenciales beneficios para la salud del ronroneo que, según ella, produce vibraciones que ayudan a aliviar la artritis y el reumatismo y a reducir la presión arterial y los latidos cardiacos.

UNA PUERTA A LA ADOPCIÓN

Para Gandelon «lo prioritario en este café es el bienestar de los animales», a tal punto que los clientes «tienen prohibido someter a los gatos a una tensión excesiva y, aquellos que no respeten las normas, incluso pueden ser invitados a irse, aunque con los animales hay más indulgencia porque «los gatos son gatos»», comenta la francesa.

En la capital española ha comenzado su andadura el La Gatoteca ( www.lagatoteca.es ) , sede de la Asociación Benéfica por el Rescate e Inserción de Gatos en Adopción (Abriga), situada en el castizo barrio de Lavapiés, y donde además de un servicio permanente de cafetería, se organizan actividades educativas, terapéuticas y lúdicas.

Todo aquel que visite La Gatoteca puede disfrutar de un café, o leer un libro, y también conectar sus dispositivos móviles a internet a través de la red inalámbrica del local, en compañía de una colonia de gatos sociables y en perfecto estado de salud, que esperan que alguno de los visitantes que se acercan a conocerles les proporcionen el hogar que anhelan.

Hasta que llegue la adopción de los felinos, este local es un espacio de 250 metros cuadrados que puede alojar 50 visitantes, calculando un máximo de dos personas por gato, para garantizar el bienestar de todos.

El precio de la entrada se mide por el tiempo que la persona permanece en el interior y se abona a la salida, y el dinero recaudado se destina al mantenimiento del local comercial, a pagar a su personal veterinario y a proyectos, como ayudar a otros gatos sin hogar o campañas de esterilización.

«Nuestra prioridad es el bienestar de los felinos» explica a Efe Eva Aznar, directora del establecimiento, cuya idea —remarca— «parte de los ‘neko-café’ de Japón, donde hay muchos establecimientos de hostelería con gatos, aunque hemos creado un nuevo concepto que busca ayudar a los animales sin hogar, a que los propietarios de gatos los entiendan y cuiden mejor, y a que algunas personas mejoren su calidad de vida mediante terapias asistidas con ellos».

«Pretendemos dar más visibilidad a gatos adultos, algunos con sus problemas físicos o emocionales, a que sean conocidos y sean adoptados», explica Aznar, que resalta que «no rescatamos animales directamente de las calles, sino que colaboramos con asociaciones, refugios y protectoras, que siempre tienen algún felino que lleva tiempo esperando una adopción».

VIVEN COMO REYES

«Antes de que un gato se integre en nuestra colonia, nos aseguramos de que esté libre de enfermedades infecciosas», destaca. Según Aznar, los inquilinos de su local «¡Viven fenomenal! y libres, en un gran espacio, como si fuera un salón de casa gigante, que es como su hogar y todos nosotros sus invitados».

«Tienen rascadores hasta el techo, fuentes de agua, pienso natural y muchas personas que vienen a mimarles y jugar con ellos, lo que hace que estén saludables tanto a nivel físico como emocional», indica.

Explica que los visitantes son muy variados, desde familias completas de tres generaciones, hasta alérgicos a los gatos y amantes de estos animales, que ponen a prueba su aguante, pasando por discapacitados que quieren disfrutar de los beneficios terapéuticos de estos pequeños felinos.

Estas futuras ‘gatotecas’ americanas están «buscando financiación a través del ‘crowdfunding’, (recaudar fondos en Internet) y estamos contentos con el hecho de que los establecimientos que se están proyectando desde nuestra apertura también estén dirigidos y enfocados en el mismo concepto de colaborar con refugios de animales y ayudar a los gatos, por encima del ánimo de lucro», remarca.

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