Cerrar

DEL CAMPO A LA DESPENSA

Una huerta para compartir

Huertinas El Jarambiel es la iniciativa de una joven pareja leonesa que alquila la tierra para que quien lo desee pueda convertirse en agricultor y cultivar sus propios productos de forma sostenible

Fernando García y María Hernández son los encargados de que las huertas estén preparadas para poder plantar. Ambos aseguran que el trabajo de la puesta a punto es el más complicado. Parcelar o hacer el pozo y ponerlo en funcionamiento son algunas de las ú

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Pensaron que abril era un buen mes para empezar a plantar y se pusieron manos a la obra hace unos meses con el fin de que la idea que comenzó a gestarse hace ahora cuatro años ‘floreciera’ para entonces. El matrimonio formado por María Hernández y Fernando García es el artífice de Huertinas El Jarambiel, un espacio en el que cualquiera puede cultivar sus propios productos o aprender algunos entresijos de la agricultura a pequeña escala.

Sus 1.400 metros de terreno en Azadinos se dividen en huertas que van desde los 40 hasta los 100 metros. «Es el cliente el que fija la cantidad que quiere en función de sus necesidades», explica la parte masculina de este proyecto. Él se encarga de organizar las huertas y María, de la parte administrativa. Ella, profesora, tiene en mente impartir cursos y talleres infantiles relacionados con la agricultura, como cocina con productos de la huerta. Para ello, han habilitado un espacio de cerca de cien metros, un lugar común para los clientes de El Jarambiel y en el que los niños puedan aprender cómo se cultiva un huerto o merendar al aire libre.

Fernando sabe bien dónde se mete. Su familia siempre ha tenido huerta y animales para consumo propio y conoce desde pequeño el proceso que hay que seguir para que la tierra dé sus frutos. Será él quien se encargue de asesorar a los clientes de El Jarambiel quienes, tras firmar un contrato, dispondrán de un baúl a pie de huerta en el que guardar la herramienta. Los secretos sobre cómo hacer los surcos o cómo plantar, corren a su cargo, así como los mejores sitios para adquirir semillas o herramientas, que también vende a quien lo necesite.

Pagar 40 euros en concepto de cuota de alta, una mensualidad de 35 euros —aunque tienen tarifas especiales— y comprometerse por un período mínimo de seis meses son los requisitos para poder hacerse con un trozo de este proyecto al que la cambiante climatología de las últimas semanas ha puesto en algún que otro apuro hasta que ha podido ver la luz.

En total, unos 3.000 euros de inversión inicial —a los que hay que sumar otro tanto para el vallado y el pozo— es lo que le ha costado a esta joven pareja acometer su sueño de emprender su propio negocio en el que además de dinero han empleado tiempo y esfuerzo físico para ponerlo todo a punto. «Veíamos el panorama mal y nos hemos visto un poco obligados porque no hay trabajo», se lamentan. Reconocen que sienten cierto vértigo a lo desconocido pero las circunstancias actuales disiparon sus dudas. Fernando agotaba su prestación por desempleo después de quedarse en el paro tras pasar varios años trabajando en la construcción. «Tenía dos opciones: irme al extranjero o quedarme y buscarme una opción de vida diferente». Contaba con unas tierras de su familia en las que asentar su proyecto. Fue entonces cuando surgió la idea de El Jarambiel, que tomó su nombre del pequeño reguero que pasa junto a estas huertas. Es un modelo que existe en casi todas las ciudades españolas y que en León ya tiene otro ejemplo que empezó hace un par de años.

Los nuevos agricultores tienen la oportunidad, según cuentan María y Fernando, de sembrar, cuidar y recolectar productos ecológicos, una tendencia que combina el amor por la comida sana con la responsabilidad social y que cada vez tiene más adeptos.

Llegar hasta aquí les ha supuesto una inversión económica y cierto papeleo. «La administración está un poco despistada con este tipo de negocios porque no siguen el modelo tradicional», aseguran.

Todo aquel que quiera comenzar a plantar su propio huerto en El Jarambiel se encontrará la tierra lista para recibir las semillas. «El trabajo más duro es el de preparar todo para que esté listo», apuntan María y Fernando. Ahora, al que quiera participar, sólo le queda respetar el calendario de siembra, escuchar los consejos de los expertos agricultores y que el tiempo acompañe.

Cargando contenidos...