Ese sacrificio que llaman trabajo

Vas a trabajar cada día, aunque no sabes bien para qué. Bueno sí, para ganar un sueldo a fin de mes. Porque, por lo demás, no le encuentras sentido. Has dejado de cuidar los detalles y de involucrarte y cada vez te importan menos los resultados de lo que haces. Pero tampoco te preocupa demasiado. Piensas que desmotivarse es algo inevitable y que ante eso lo único que se puede hacer es aguantar y esperar a la jubilación.

Porque, ¿qué contestarías si te preguntan para qué vas todos los días a trabajar? ¿Para ganar dinero? ¿Para comprar cosas? ¿Simplemente porque hay que hacerlo? Dicen algunos gurús del mundo laboral que eso de emplearse «para ganar dinero» tiene los días contados. Que muy pronto lo que primará será trabajar «para vivir experiencias que nos hagan felices». Y, ya de paso, comer de ello. Suena bien, ¿no? Además eso permitirá que cada uno alcancemos nuestro máximo potencial. Porque uno de los errores que nos lo impiden es justo ese: estar haciendo algo que no nos motiva.

Así que, si ya no eres capaz de encontrarle sentido a tu trabajo, pregúntate qué ha cambiado. ¿Qué te motivaba antes que ya no lo hace? ¿Qué necesitas para volver a disfrutar de tu tarea? Tal vez un descanso, tal vez pedir que te cambien de responsabilidades, tal vez asumir nuevos retos… Casi todos pensamos que lo que nos motiva es el sueldo. Y no es así. Sentirnos reconocidos, trabajar en un entorno agradable o que nos permitan hacerlo desde casa pueden inspirarnos mucho más y durante más tiempo que una subida de sueldo.

Pero, si finalmente aceptas que eso con lo que te ganas la vida está en las antípodas de tus pasiones, tienes dos opciones. La primera es buscar nuevas motivaciones fuera de tu trabajo, como aprender algo nuevo que te permita desarrollar tu creatividad y, quien sabe, descubrir un nuevo talento. La segunda es dejar de pensar que cuando ya se tiene una edad o se lleva x años trabajando, no se puede cambiar de profesión. En vez de pensar eso, piensa qué necesitas hacer para conseguirlo.