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gaudí puede ser ‘venerable’

después de más de dos décadas de trabajo, la asociación que promueve la beatificación del arquitecto espera que el papa francisco firme este año el decreto sobre el «siervo» catalán

Busto del arquitecto colocado a la entrada de la Sagrada Familia, en Barcelona, y la comisión pro Beatificación en el Vaticano, en la entrega oficial de la documentación en 2003. De izquierda a derecha, el escultor Etsuro Sotoo, el juez diocesano de Barce

Busto del arquitecto colocado a la entrada de la Sagrada Familia, en Barcelona, y la comisión pro Beatificación en el Vaticano, en la entrega oficial de la documentación en 2003. De izquierda a derecha, el escultor Etsuro Sotoo, el juez diocesano de Barce

Ponferrada

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Antonio Gaudí, el arquitecto del edificio Botines de León y del Palacio Episcopal de Astorga, puede ser declarado este año por el papa Francisco como «venerable», el primer paso hacia su beatificación como santo de la Iglesia.

No es un anticipo oficial. Nunca mejor dicho, las cosas de la Iglesia van despacio, pero con esa previsión trabaja la asociación constituida para tal fin en Barcelona en 1992 después de más de dos décadas divulgando y defendiendo la santidad de Gaudí. «En este año, y después de tantos años de trabajo, estamos esperanzados. Esperamos que se termine la positio y Gaudí pueda ser declarado venerable», explica José Manuel Almuzara, su presidente, en declaraciones a este periódico.

Benedicto XVI, hoy papa emérito, ya respaldó en 2010, durante su visita a la Ciudad Condal para consagrar la Sagrada Familia, la figura del que muchos conocen como el ‘arquitecto de Dios’. «Gaudí —dijo en su homilía— contribuyó genialmente a la edificación de la conciencia humana anclada en el mundo, abierta a Dios, iluminada y santificada por Cristo. E hizo algo que hoy es una de las tareas más importantes: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza».

El positio super vita , virtutibus et fama sanctitatis , que así se llama la tramitación presentada ante la Santa Sede, se divide en cinco grandes apartados. Una exposición acerca de la historia de la causa, lo que se denomina el aparato probatorio; las declaraciones de los testigos, así como la documentación sobre la vida, la obra y la fama de santidad de Gaudí; un dictamen sobre sus escritos; la biografía documentada del arquitecto y la Informatio sobre «las virtudes ejercidas en modo heroico por el mismo», añade Almuzara.

Esa documentación es la que estudian ahora los consultores históricos y teológicos, así como el congreso ordinario de cardenales y obispos de la Congregación de las Causas de los Santos. Fue presentada oficialmente el 9 de julio de 2003 en el Vaticano, con la presencia del entonces cardenal de Barcelona, Ricard Maria Carles. «Si sus pareceres son concordemente favorables sobre el ejercicio heroico de las virtudes por parte del siervo de Dios, en este caso Gaudí, el prefecto de dicho dicasterio romano presentará al santo padre el respectivo decreto de heroicidad de las virtudes para que autorice su publicación», añade el presidente de la asociación.

A partir de este momento Antonio Gaudí podrá ser llamado «venerable», aunque no podrá recibir aún culto público, ya que todavía quedará un largo camino, entre otras cosas, constatar la existencia de algún milagro.

Entre los documentos aportados al Vaticano hay uno que cita sus obras en Astorga y León. Es el libro escrito por el profesor Juan Bassegoda Nonell (1930-2012), titulado «Gaudí, espacio, luz y equilibrio».

Gaudí sólo tiene obras fuera de Cataluña en la provincia de León y en Cantabria. «Creo que en Gaudí todo es importante, desde una vitrina para guantes hasta una lámpara, desde la casa Vicens hasta el templo expiatorio de la Sagrada Familia», señala Almuzara.

Sin duda, la Sagrada Familia es el hilo conductor de este proceso. Cuando le preguntaban a Gaudí por la finalización de las obras, contestaba: «Mi cliente no tiene prisa». «Del mismo modo, el proceso de beatificación de Antoni Gaudí sólo Dios sabe cuándo concluirá. Al igual que Gaudí, queremos trabajar sin prisas», insiste Almuzara.

Fue el sacerdote Ignasi Segarra Bañeres, doctor en Derecho Canónico e ingeniero industrial, quien inició en 1992 el camino para reconocer al arquitecto catalán. Fue en Riudoms, un pueblo cerca de Reus donde nació Gaudí. «¿Cómo se explica que nunca se haya intentado iniciar el proceso de beatificación?», se preguntó. Y así se constituyó la asociación. «Sólo hubo dos o tres voces críticas, irónicas, provenientes de personas que tuvieron la nobleza de confesarse agnósticas o bien no creyentes. Su rechazo, por tanto, no era propiamente por el famoso arquitecto, sino más bien contra la práctica de la Iglesia de beatificar a algunos de sus fieles».

Desde 1992, Almuzara preside esa asociación pro Beatificación de Antonio Gaudí, que está formada por cinco personas: el arquitecto Javier Fransitorra, el escultor Etsuro Sotoo, el ingeniero y biógrafo de Gaudí Josep María Tarragona, el sacerdote Mossèn Ignasi Segarra (fallecido en el año 2003, y que fue sustituido por José Luis Lázaro) y el arquitecto José Manuel Almuzara. «Para mí es un privilegio difundir la vida y obra de Gaudí y que personas del mundo conozcan al arquitecto genial y cristiano consecuente como lo definió Benedicto XVI», o como dejó escrito, recuerda también Almuzara, en el acta de la primera piedra colocada en el solar del templo expiatorio de la Sagrada Familia, el 19 de marzo de 1882, al afirmar que su obra quería «despertar de su tibieza los corazones adormecidos, exaltar la fe y dar calor a la caridad».

A su juicio, ese espíritu también está presente en sus edificaciones leonesas. «En Gaudí toda obra es importante. Primero estudia el lugar, el paisaje, la arquitectura, los materiales, la climatología… y después pone todas sus virtudes en realizar un proyecto adecuado, genial en su estructura, utilidad y simbolismo». En Astorga se refleja, según dice, en el entramado de madera y tejas de pizarra, por la dureza del clima, en la cerámica vidriada del pueblo cercano Jiménez de Jamuz o en el granito que da solemnidad al edificio. Botines, por su parte, es a su juicio una gran interpretación neomedievalista.

A partir de ser declarado «venerable», si así se hace realidad por el papa Francisco este año, el trabajo de sus seguidores seguirá siendo el mismo: continuar difundiendo la vida y obra de Gaudí a la espera de que un milagro le lleve a la beatificación. «No proponemos ninguna fecha concreta. ¿Quién puede calcular y poner una fecha ante un milagro?», se pregunta Almuzara.

Según Benedicto XVI, Gaudí no utilizó palabras sino piedras, trazos, planos y cumbres para divulgar su fe. La belleza es, según el prelado alemán, «la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza».

Ahora la palabra la tiene el papa Francisco.

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