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arte en escultura

Acero & carbón

El museo de la Siderúrgia y la Minería de Castilla y León, ubicado en Sabero, acoge una muestra que repasa 20 años años del escultor leonés Carlos A. Cuenllas bajo el título de «Máquinas poéticas»

Vista general de la exposición donde se mezclan las obras del museo con las esculturas del artista leonés.

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Sabero

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El Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León (MSM) acoge una lucha singular. Grandes engranajes del siglo XIX compiten con retorcidas estructuras de pvc, enormes máquinas de hierro forjado se miden con increíbles objetos de acero inoxidable y delicadas lámparas de mina se miran de tú a tú con pequeñas y brillantes esculturas en las que se reflejan.

La exposición permanente del museo, que pone en valor el singular espacio de la Ferrería de San Blas, acoge como compañera una exposición temporal que la recorre, mezclándose y solapándose con ella en un ejercicio museográfico arriesgado.

Con el título «Máquinas Poéticas», esta nueva exposición recoge un buen número de obras del artista Carlos A. Cuenllas (León, 1964), que abarcan un periodo creativo de más de veinte años y supone una de las muestras más completas de este artista hasta la fecha.

La exposición, inaugurada hace dos semanas, incluye 27 obras de gran formato, 28 pequeñas obras, una instalación y una amplia colección de cuadros con 26 óleos. Materiales como el hierro, el acero inoxidable, el pvc, la resina o incluso el pan, sirven para dar forma a la creatividad de Cuenllas.

Coche de carreras obra de Cuenllas, una de las estrellas de  la exposición. 

Banco de miniatura.

Otra de las pequeñas obras de la exposición. 

Apisonadora que forma parte de la muestra. 

EL ARTISTA

Carlos Álvarez Cuenllas (León, 1964), pertenece al grupo de artistas surgidos de la Facultad de Bellas Artes de Salamanca que renovaron el panorama artístico tanto de León como de la Comunidad de Castilla y León en la década de los noventa.

Es un creador multidisciplinar, que ha trabajado con las más diversas técnicas y medios: la fotografía, el video, la escultura, la pintura, el grabado, intervenciones de Land Art, instalaciones, cartelismo, intervenciones urbanas, performances… Cualquier soporte o medio le sirve para poder expresarse. Cuenta con una amplia trayectoria, que se inicia en 1994 y desde entonces ha recorrido un amplio camino que aporta una intensa, sólida y reconocida trayectoria artística. Ha estado presente en la Feria Internacional de Arco, en el Ivam de Valencia, el Mua de Alicante, el Museo Evaristo Valle de Gijón, el CAB de Burgos o la Fundación Marcelino Botín . y su obra se ha mostrado también fuera de España, en Portugal, Alemania, República Checa... Ha sido reconocido con numerosos premios y cuenta con obras en varias ciudades españolas, así como en colecciones públicas y privadas.

EXPOSICIÓN PARTICIPATIVA

Los visitantes de «Máquinas Poéticas», especialmente los niños, tienen prohibido no tocar, sobre todo las grandes piezas como un quad, un fómula 1 antiguo o Jeep, donde se les anima a subir y formar parte de una obra de arte.

Otra de las piezas de la exposición, Decálogo, es una estructura tubular de pvc de color blanco, en la que los visitantes pueden pegar una pegatina de color rojo con el nombre de la persona elegida. Al final del periodo expositivo esta obra habrá pasado del blanco al rojo gracias a la interacción de los visitantes.

En pieza para colgar, los visitantes pueden formar parte de la obra, introduciéndose en ella y observándose como nunca antes lo habían hecho.

FERRERIA-BREARLY-CUENLLAS

Cuando Harry Brearley en 1913 descubrió por casualidad el acero inoxidable, seguramente nunca había oído hablar de la Ferrería de San Blas, que ya hacía medio siglo que había apagado sus hornos altos en un desconocido lugar de España. Y tampoco había oído hablar de Carlos Cuenllas, que aún tardaría algo más de medio siglo en nacer, en otro lugar no muy alejado de la vieja fábrica de Sabero.

Otra de las obras.

Coche en miniatura. REPORTAJE GRÁFICO: JUAN MANUEL CASTRO.

Tampoco los obreros que daban forma al arrabio que salía de esos hornos convirtiéndolo en vías de ferrocarril, tubos e incluso balcones y pasamanos, sabían lo que Brearley y Cuenllas harían los siglos siguientes. Ni siquiera se podían imaginar que aquel arrabio, que como mucho se podía transformar en hierro colado o hierro dulce, se acabaría convirtiendo en acero por acción del carbono y en acero inoxidable gracias al cromo y al níquel.

Es posible que Carlos Cuenllas desconociese los entresijos de las investigaciones de Brearley con el acero y que en la nave neogótica de San Blas se obró durante años el milagro de convertir unas piedras rojizas en estructuras metálicas llenas de vida. Y todo ello a pesar de que por sus venas, también rojas, corría la sangre familiar de la fundición.

Harry Brearley quedaría hoy admirado de las ideas de Cuenllas convertidas en objetos imposibles con su acero inoxidable y de los inmensos arcos que cobijaron tantos montones de aquel hierro oscuro que él convirtió en brillante.

Hoy las obras de Carlos Cuenllas ocupan todos los rincones de la vieja ferrería y el acero reluciente de Brearley busca sus orígenes en esta catedral del hierro. Por fin todo encaja.

EL MSM, UN MUSEO INQUIETO

De nuevo nos sorprende el MSM con su recién inaugurada exposición. Acostumbrados a la gran calidad de las exposiciones que programa el museo, esta nueva muestra supera el listón, ya alto de por sí.

Llenar la Catedral del Hierro de obras de acero inoxidable, uniendo el duro trabajo que allí se realizaba hace ciento sesenta años para producir objetos útiles para la industria, con el trabajo de un artista creando objetos «inútiles» con el mismo material evolucionado, no deja de ser un ejercicio de reflexión acerca del cambio de los tiempos y de los paradigmas que marcan la sociedad en cada momento. El MSM demuestra de nuevo que es un museo vivo, inquieto y dispuesto a no dejar que el polvo cubra sus viejos objetos del siglo pasado.