el ave y los pájaros

Entre el carro de la tradición y el tren del progreso, León está de moda. En el profundo medievo y a tan solo dos horas de Madrid. ¿Quién da más? Ni el mejor parque temático. Se anima la estación y el otoño. Si no fuera por el frío... Y los pájaros.

Con la llegada del AVE, primero, y del alcalde de Valladolid, a los dos días, hemos tenido el ruido necesario para la dosis de aturdimiento semanal. Y eso que el pájaro veloz es silencioso, atraviesa las llanuras como un rayo (y sin ningún miramiento a los pueblos) y ha dejado para la nostalgia el chacachá del tren.

¡Estamos de fiesta! Y no pararemos hasta Navidad. Esta vez Rajoy se ha adelantado al Corte Inglés retrasando las elecciones un mes sobre el calendario previsto para conciliar esa filosofía suya de que a veces es mejor moverse y a veces no. Así que iremos a votar con el turrón en la boca y el billete de la lotería en una mano para ver si hay suerte.

De aquí a entonces, vendrán otros pájaros a comer de nuestra mano. Y quizás nos olvidaremos de los cuatro años de recortes de servicios públicos, libertades y dignidad. Puede que ni siquiera recordemos que hubo un tiempo no tan lejano en que Rodrigo Rato, uno de los mayores corruptos de este país, no sólo era militante sino también dirigente y prócer del PP.

Ni fú ni fá

C on la campaña electoral discurriendo por los días de menos de luz del año aquí puede pasar de todo. Ellos no han olvidado que León fue clave en la pérdida de la mayoría absoluta del PP en el parlamento autonómico de Castilla y León.

Desde entonces, y más ahora, Juan Vicente Herrera no escatima esfuerzos por reconquistar su credibilidad en León. Si el martes exigió al jefe fondos para las cuencas mineras y cumplir el plan del carbón, el viernes vino con un pan virtual debajo del brazo anunciando la resurrección del polo tecnológico con un convenio con Microsoft.

El caso es que la ciudad recibió al tren del progreso con esa somnolencia que ataca al organismo en los primeros días del otoño. Ajena a la parafernalia de la estación y con tan poco entusiasmo como desafección. Se puede decir que ni fú ni fá. Los mineros ya ni se molestan en acudir a protestar. Estarán hartos de tragar con carros y carretas. Con multas y condenas.

De turismo

H a llegado el AVE a León. No lo han traído. Por mucho que Rajoy se pusiera a los mandos del aparato. Menudo pájaro. Nos ha costado ocho años de espera y 1.650 millones de euros. Con la nueva línea España suma más de 3.200 kilómetros de Alta velocidad con trenes que sólo tienen parada en 33 estaciones.

León está entre ese ramillete de estaciones exclusivas. La capital del viejo reino se sube al tren del progreso y la Renfe se pone de saldo para llenarla de turistas en el puente de San Froilán y más allá. A ver si con esas ganas que nos han entrado de salir corriendo en el AVE se encuentran con la ciudad vacía. La provincia va camino de ello y tan a gusto que están en Madrid y en Valladolid.

A por avellanas

Cu ánto me gustaría, en este momento histórico para León, tener pájaros en la cabeza y mariposas en el estómago. Ponerme un manteo y un pañuelo y subirme al carro. Pero me da por acordarme de Los Pájaros de Hitchcock y el momento en que envuelven a Bodega Bay en el caos. ¡Qué miedo! Sólo es una película. Miro por la ventana. Veo bandadas de pájaros que emigran en busca de lugares más cálidos. En León hace demasiado frío. Es San Froilán. Hay que ir por las avellanas