Diario de León

Publicado por
Vanessa Carreño
León

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Lo que piensa lo atrae. No es cosa de magia, no. Es simplemente que si piensa en algo, su cerebro pone el foco en ello y lo provoca. Por ejemplo, pongamos que va usted a examinarse del carné de conducir y empieza a pensar que lo va a hacer mal, que seguro que se distrae y que no va a ser capaz de aparcar. Lo que está haciendo, sin darse cuenta, es darle a su cerebro las órdenes para que se encargue de que pase eso. Lo mismo que si acude al examen pensando que va a hacerlo bien, que estará concentrado y que será capaz de reaccionar a los imprevistos, su cerebro le hará actuar en consecuencia.

Llámelo usted ley de atracción, profecía autocumplida o como quiera, pero a la hora de alcanzar sus objetivos sus pensamientos influyen en su comportamiento. Las personas de éxito lo saben bien y por eso dejan a un lado lo que no les sirve y se enfocan en lo que quieren conseguir. Tienen claro que, si ponen su atención en los errores que podrían cometer y en todo lo que podría ir mal, su mente atraerá eso. Es tan absurdo como apuntar a una diana mirando todo lo que hay alrededor, en vez de mirar al centro.

Y no me diga que si uno se adelanta a lo que no quiere que pase estará más prevenido. De hecho, su capacidad para responder ante los imprevistos también es consecuencia de su manera de pensar. Porque no va a reaccionar igual si piensa «ya está, no he visto esa señal, ahora fijo que me suspenden» que si piensa «vale, me he saltado una señal. Ahora tengo que bordar el resto del examen. Voy a centrarme todo lo que pueda».

Por ello, si elegir sus pensamientos es una de las maneras más sencillas de ponérselo fácil a usted mismo, aquí tiene tres claves:

Piense y hable de lo que quiere que pase. Hágalo siempre en términos positivos, sin pensar en lo que no quiere.

Piense cómo quiere sentirse. «Quiero estar relajado, seguro y concentrado en la carretera».

Piense lo que podría decirse. Envíele a su cerebro órdenes claras y sencillas.

Y recuerde que muchas veces no solo vale con pensar. También hay que hacer.

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