Diario de León

CANTO RODADO

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es la gente corriente la que cambia el mundo. porque todo suma. a políticas y políticos les corresponde gestionarlo. nada más y nada menos

León

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Hace 60 años Rosa Parks dijo no y cambió el mundo. El 1 de diciembre de 1955, en Montgomery (Alabama), se negó a levantarse del asiento del autobús en el que viajaba para que lo ocupara una persona de raza blanca. No obedecer al conductor, negarse a seguir la corriente, no agachar la cabeza ante la segregación racial, le costó la cárcel. Fue acusada de perturbar el orden. Ir contracorriente siempre tiene un precio, pero si a lo largo de la historia unas cuantas personas, más de las que imaginamos, no hubieran dicho no, los avances de la humanidad en derechos civiles, laborales y sociales no existirían.

Después de cuatro largos años de recortes, empobrecimiento, paro, eres y ertes, rebajas salariales y pérdida de poder adquisitivo, cuatro años de sustitución de la dignidad por la caridad... es hora de decir no. Hora de asumir que, como decía María Zambrano, una actitud cambia el mundo. De admitir la responsabilidad personal en lo colectivo. La construcción de una sociedad más justa no pasa sólo por la regeneración de la clase política. Hay una cuota de acción individual, personal, intransferible...

Boicot

E char la papeleta en una urna no es suficiente. Hay muchas formas de decir no. La gente negra de Montgomery reaccionó ante el encarcelamiento de Rosa Parks boicoteando el servicio de autobuses. Dejaron de subirse y el servicio empezó a ser deficitario. De esta manera, el segregacionismo se erradicó de los autobuses de la ciudad.

Los tiempos han cambiado. No es fácil decir no en una sociedad donde los derechos están reconocidos y las desigualdades se forjan en la distancia cada vez mayor entre el 1% de la población mundial que dententa más del 90% de la riqueza y el 99% que se reparte, de forma desigual apenas un 10%.

Es hora de decir no a cifras de escándalo. En España el 35% de niños y niñas viven, en silencio, bajo el umbral de pobreza. La Gira por la Infancia, un movimiento que surge en Huelva y se organiza en toda España, ha puesto el dedo en la llaga de esta vergüenza nacional que conviene que se sepa para pararla.

Plantarse

U rge decir no a la condena de un mundo rural para el que el Ave es una amenaza de aislamiento definitivo. Hay que plantar cara, como lo ha hecho la alcaldesa de Villagatón, Carolina López, sin perder un minuto, para que el día 12 la estación de Brañuelas (y otras muchas del trayecto Ponferrada-León) no quede definitivamente para los fantasmas del pasado.

Es necesario decir no al desmantelamiento de las explotaciones de carbón sin nada a cambio para amortiguar su impacto en las cuencas mineras. Decir no al maltrato de las explotaciones ganaderas que se ven abocadas a morir por falta de un precio justo para la leche. Decir no a la sangría poblacional sin una solución en treinta años. A la fuga de cerebros y de una generación, otra más, que convertirá a León en un solar.

Sin ceder

E s la gente corriente la que cambia el mundo. A políticos y políticas les corresponderá gestionarlo. Nada más y nada menos. Rosa Parks era modista, una mujer de mediana edad que estaba harta de ceder. En 1950, se unió al movimiento de derechos civiles y llegó a ser secretaria de la National Association for the Advancement of Colored People en Montgomery (Alabama).

Su amiga y también activista, Johnnie Carr, convocó la acción para no subirse a los autobuses. Irene Morgan, diez años antes que Rosa Parks, contribuyó a acabar con la segregación en el comercio... Todo suma. Nada es en vano. No hay que ceder al desaliento.

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