LA PRESA CERRAJERA
El cauce que desborda el tiempo
LA PRESA CERRAJERA, LA OBRA CIVIL MÁS IMPORTANTE DE ÉPOCA MEDIEVAL, HA CUMPLIDO 700 AÑOS DESDE QUE EL INFANTE FELIPE favoreciera AL CABILDO para QUE EL AGUA PASARA POR SUS TIERRAS. eS EL CAUCE LA COLUMNA QUE VERTEBRA UN TERRITORIO QUE PROsPERÓ ENTRE HISTORIAS Y LEYENDAS
«En el año 1315, estando en Palacios de la Valduerna, el Infante Don Felipe, hijo del Rey Don Sancho, Señor de Cabrera, de Ribera (del Órbigo), Señor de Palacios y Pertiguero Mayor de Tierra de Santiago, y su esposa Doña Margarita hicieron merced al Cabildo de Astorga del agua del río Órbigo para llevarla libremente por la presa Cerrajera atravesando sus tierras, por donde a la sazón iba para su Villa de Santa Marina del Rey, que le había donado Don Fernando, a fin de que se aprovechase de ella todo el tiempo y manera, y si sucediere que el río quebrantase el lugar por donde iba el agua y variase la dirección, en este caso, ordena el Infante que le avise el Cabildo y él mandaría hombres para que señalen el sitio por donde habría de llevarse el agua a su referida Villa de Santa Marina de Rey, por cuya merced el Cabildo prometió hacerle un Aniversario con misa, réquiem , vísperas y maitines».
Este es el resumen del primer documento existente sobre el cauce histórico de la presa Cerrajera. Un legajo, custodiado en el Archivo Diocesano, y que ha valido para celebrar este 2015 el 700 aniversario de la que está considerada la obra civil leonesa más importante de la Edad Media.
Los ‘problemas’ por el agua no quedaron ahí y 66 años después de aquel mandato — en 1381 — hubo que recordar a los «pueblos aguas arriba» y a la familia de los Quiñones que obedecieran y dejaran libre el agua de la presa Cerrajera para que llegara a Santa Marina.
Ahora, siete siglos después el cauce histórico se mantiene intacto. Explica el presidente de la Asociación de la presa Cerrajera, Martín Manceñido, que ‘cerrajera’ proviene de una expresión árabe que significa «sangrar el río» y es que todavía a día de hoy el cauce discurre paralelo al Órbigo, llevando agua trasvasada. El nombre de Zarraguera o Cerrajera aparece en una carta ejecutoria del año 1.397 donde el rey Enrique III condenaba al Conde de Luna a rehacer de nuevo la presa que sus hombres habían destruido.
El cauce discurre por 42 kilómetros desde Villanueva de Carrizo hasta la desembocadura cercana a Cebrones del Río. De un punto a otro varias comarcas se vertebran a su paso, plagando de fiestas, monumentos y tradiciones el sur de la provincia. En total recorre 18 poblaciones y llegó a contar con 70 molinos, todavía muchos de ellos se mantienen en pie, testigos eternos del paso de la historia.
El primer documento que se conserva y que habla de la presa Cerrajera es el anteriormente señalado que data de 1315. Sin embargo, se tiene constancia de que ya existía un canal natural, bien realizado por los pobladores de la zona, que desviaba el agua del Órbigo para regar algunas tierras paramesas.
La presa nunca estuvo exenta de los conflictos por el agua. Ya desde el siglo XIV hay documentos que dejan constancia de ello. Una problemática que se agravaba, principalmente, cuando disminuía el caudal del Órbigo. Cuentan las crónicas que Armellada y Turcia pusieron todo tipo de trabas para que el canal pasara por sus tierras, mientras que los pueblos de Alcoba y Sardonedo aceptaron el paso de la presa por sus términos; a cambio de ello recibieron el agua sin tener que pagar nada. Con el paso del tiempo, los pueblos aguas abajo de Santa Marina —desde Villavante a Villazala— se pudieron aprovechar del caudal sobrante. Desde entonces sus vecinos colaboraron en las tareas de limpieza, monda y ensanche de la presa Cerrajera.
Seis siglos después, un 15 de abril de 1922, se firmaron en Santa Marina del Rey las ordenanzas que dieron vida a la Comunidad de Regantes de la presa Cerrajera, encargada del cuidado y mantenimiento del cauce. En esta normativa de principios del siglo XX se establece, por ejemplo, el caudal disponible para cada pueblo, los pagos, la labores de monda, así como las sanciones por infracción.
A lo largo de la historia, la presa derivada del Órbigo — esa que este año ha cumplido 700 años con constancia— facilitó el regadío en el Páramo, unas tierras que de otra forma hubieran quedado condenadas al secano original.
El canal de la presa Cerrajera da, también en la actualidad, unidad y entidad histórica a los pueblos por los que pasa. En todos ellos hay algo que admirar desde ermitas a palomares, desde molinos a la arquitectura más tradicional. Pero como toda historia documentada que se precie sobre ella también planea la leyenda de los devaneos de dos jóvenes, protagonistas de una historia de amor imposible por la religión. Ella, Zaida o Aurora, según los casos, es cristiana. Él, Yusuf o Alítar, está atado a la religión de Mahoma.
Es así, que el padre de la moza prometió entregar su mano al musulmán si conseguía subir las aguas del Órbigo hasta Villazala, creyendo que de esta manera los enamorado abandonarían su insistencia. Sin embargo, el chico con sus manos y la ayuda de los buenos vecinos construyó, cuenta la leyenda, la Cerrajera para llevar el agua del caudaloso río hasta la localidad y conseguir el beneplácito del padre de su enamorada.
Y, así, entre leyendas y documentos. Entre pueblos y riberas. Entre secano y vega, la presa sigue siendo un caudal de historia.