Diario de León

Publicado por
Vanessa Carreño
León

Creado:

Actualizado:

Somos poderosos. Usted lo es y yo lo soy. Todos lo somos desde el momento en que empezamos a escribir nuestra propia historia, en vez de dejar tan primordial tarea en manos de otros.

No siempre es fácil aceptar y reconocer que uno está siendo una víctima de su vida. Que cada vez que dice cosas como «esto es lo que hay», «siempre me pasa lo mismo» y «es que yo soy así», está siendo un espectador de su propia película.

Sí, señor, una víctima en toda regla. De las que se queja de todo, les echa la culpa a los demás y vive con resentimiento. De las que cree que lo que le ha tocado no depende de ella y que no está en su mano hacer nada. De las que se acomoda en el sofá de la pasividad poniéndose excusas a sí misma: «es que yo no tuve sus oportunidades», «si no hubiera sido por esto…» o «si tuviera más tiempo».

Por ponerle un ejemplo, una víctima es alguien que después de una discusión sale dando un portazo y cuando usted le pregunta por qué lo dio responde: «estaba enfadada por lo que pasó». No mire, no se confunda. Su enfado no tiene relación directa con el portazo. Porque no todos los enfados van seguidos de portazos. Usted es quien elige darlo. Otra persona, a pesar del enfado, saldrá cerrando la puerta con normalidad. Así es como uno se hace responsable de su comportamiento.

Dicho esto, ¿qué le pasa a una víctima que coge lápiz y papel y empieza a escribir su propio guion? Pues que asume su poder para elegir. Si no lo que le sucede, al menos sí su respuesta ante ello. Y se expresa desde la responsabilidad de lo que está haciendo, incluso cuando elige no hacer nada. Y diferencia entre lo que puede cambiar y lo que no. Y habla menos de problemas y más de soluciones. Y dice cosas como «de mí depende buscar opciones para poder cambiar» o «no saco tiempo porque eso ahora no es una prioridad para mí». Y, sobre todo, habla en primera persona y no se justifica ni se muestra impotente ante su vida. Porque sabe que cuando uno quiere ser guionista, no puede esperar a que las letras se dibujen solas.

tracking