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Ciudades que cambian

Una fábrica de sueños

Los míticos estudios Buñuel, donde se rodaron algunos de los programas y películas más emblemáticas, se transforman ahora en viviendas de lujo

Paco Campos

Publicado por
Pilar Salas
León

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Allí se rodaron El Cid y 55 días en Pekín , programas emblemáticos como «Un, dos, tres...» y «Tengo una pregunta para usted» y, aunque lograron esquivar una vez la demolición, los estudios Buñuel de Madrid han sucumbido a las excavadoras para dejar paso a una promoción de viviendas de lujo.

Nacieron como Estudios Cinematográficos Chamartín en 1941, donde se rodaron 18 películas, entre ellas Marcelino pan y vino , pero sus días de gloria vinieron cuando el productor de origen ruso Samuel Bronston los compró en 1959, les puso su nombre y los convirtió en un centro de superproducciones como Rey de Reyes , La caída del Imperio Romano , El Cid y 55 días en Pekín .

«Sedujo a las autoridades franquistas para convencerlas de que España podía ser el Hollywood europeo por la temperatura, los paisajes y los monumentos, y le ayudaron financieramente. Fue la primera vez que en España se intentó dar el salto al cine de gran presupuesto», recuerda a Efe Ramón Colom, presidente de la Confederación de Productores Audiovisuales Españoles (Fapae).

Estas películas trajeron a directores de la talla de Anthony Mann, Nicholas Ray y Henry Hataway, y a actores como Charlton Heston, Sofía Loren, Ava Gadner y Bette Davis, «grandes figuras que protagonizaban reportajes en la prensa en los que se mostraban absolutamente enamorados de España», refiere el que fuese director de TVE de 1990 a 1996.

Pero el proyecto se fue a pique y los Estudios Bronston quedaron en 1968 en manos del Banco Exterior de España. Abandonados, estuvieron a punto de ser demolidos para construir viviendas, pero gracias a Pilar Miró los compró RTVE y los reconvirtió en estudios de televisión «con una inversión escandalosa, pero que tenía un sentido». En 1988 se inauguraban los Estudios Buñuel, con el mayor plató de televisión de Europa (2.500 metros cuadrados).

Tenía otros dos estudios de 600 metros cuadrados. «Eran unos estudios modernos. El más grande concentró los programas más espectaculares, algunos de ellos con público, como Un, dos, tres... Responda otra vez , La noche de los castillos , que fue muy complicado, las galas especiales de fin de año o Tengo una pregunta para usted », dice a Efe el productor Pepe Carvajo.

UN POCO DE HISTORIA

«Los Buñuel supusieron mucho para la historia de la televisión. Éramos una gran familia, me ha dolido muchísimo que se hayan ido al garete», lamenta quien allí grababa Lingo , concurso presentado por Ramoncín de 1993 a 1996.

Con las manos en la masa , El Grand Prix del verano , ¿Qué apostamos? , Cine de barrio , Hola Raffaella , y un largo etcétera de programas que han construido la historia de la televisión española se realizaron allí, además de series como El Quijote de Manuel Gutiérrez Aragón y solo una película: El amor brujo , de Carlos Saura.

Acogieron la capilla ardiente del actor Fernando Rey en 1994 y se grabaron conciertos como el último que cantó Rocío Jurado y otros de Raphael, Alejandro Sanz y el especial de Navidad de Joan Manuel Serrat en 2014.

Martes y Trece y Cruz y Raya llevaron el humor a los Estudios Buñuel, que José Mota considera fetiches en su carrera. El primero de los especiales de fin de año de Martes y Trece, A por uvas , lo dirigió en diciembre de 1989 Rafael Galán. «El estudio aún estaba sin terminar. Recuerdo que hacían las parodias casi tiritando y que a los cámaras les costaba grabar porque se morían de la risa», cuenta a Efe.

El mismo frío que pasaron actores hoy desaparecidos como José Luis López Vázquez, Luis Escobar, Carlos Larrañaga y Antonio Ferrandis actuando para la primera serie que se rodó en los Buñuel, Séptimo cielo , en 1988. «Había platós, pero todavía no estaban equipados; no había controles y utilizábamos una unidad móvil, ni comedores y comíamos en el exterior con un frío que pela».

Para Galán, fueron «los primeros estudios que tuvo TVE bien acondicionados, con instalaciones modernas, porque los del Prado de Rey eran muy antiguos. Y estaban en Madrid, no en un polígono industrial, cosa que se agradece mucho para actores, presentadores cantantes y público». «En su última etapa, con el problema de amianto en los estudios de Prado del Rey pasaron la producción a Buñuel, cuyos últimos años de vida han sido bastante activos.