Cómo ser infeliz
Hay personas que parece que se empeñan en no ser felices. Que, aun sabiendo que algo les perjudica, siguen haciéndolo una y otra vez. Es como conducir pisando el freno y el acelerador al mismo tiempo. ¿Se lo imagina? No parece un viaje muy agradable, desde luego.
Pues lo mismo nos pasa en la vida. Que si no nos paramos a observar nuestros hábitos y nuestros comportamientos es fácil identificar cuáles de ellos pueden ser el motivo de nuestra insatisfacción. Estos son algunos de los más comunes:
—Las expectativas. Nos adelantamos a todo —unas vacaciones, una persona, o la vida en general— esperando que sea justo como nos habíamos imaginado. Y, si eso no pasa, nos frustramos, nos enfadamos y nos decepcionamos. ¿Le suena? Pues sepa que las cosas pueden ser de otra forma. Y no pasa nada.
—Querer tener siempre la razón. Hay personas que no descansan hasta demostrar que tienen la razón. Como si no entendieran que se puede aceptar la opinión de los demás aunque no se comparta. O como si no supieran que en la vida has de elegir entre tener la razón o ser feliz.
—Preocuparse demasiado por todo. Darle vueltas a lo que se puede cambiar y a lo que no. Con lo efectivo que es, en el primer caso, decidir qué podemos hacer y hacerlo. Y, en el segundo, aceptar que no podemos hacer nada y dejarlo estar.
—Acumular piedrecitas en el zapato. Un enfado no resuelto con alguien, rabia por algo que ya pasó, ansiedad por algo que nos causa temor… Todos acumulamos sentimientos que a la larga, por no haberlos gestionado a tiempo, terminan haciéndonos mucho más daño del que deberían.
—Vivir de espaldas a nuestros valores. Es decir, olvidarnos de todo aquello que es prioritario para nosotros, como el amor, la libertad o el disfrute, y terminar viviendo una vida con la que no nos identificamos.
Aun habiendo muchas otras causas de insatisfacción, éstas cinco son bastante habituales. Así que, si en alguna ha puesto un tick porque se ve usted reflejado, éste puede ser un buen momento para decidir qué quiere hacer con ello.