Diario de León

Una nueva oportunidad

Lo que esconden las legumbres

según el Ministerio de Agricultura, cada español consume sólo tres kilos de legumbres al año, casi diez kilos menos que hace 50 años. Contra este descenso trata de luchar la ONU, que ha declarado 2016 como el Año Internacional de las Legumbres con el objetivo de potenciar el consumo de estas semillas comestibles. Un cultivo que León cuida con mimo a través de la Lenteja pardina, el Garbanzo pico Pardal y la alubia de La bañeza. UN alimento muy leonés que supone el 70% de la producción nacional. Buen provecho, buen producto

RAMIRO

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A. Gil
León

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Tienen una parte protagonista de la aclamada dieta mediterránea y sobre ellas ha puesto el foco la ONU para proclamar 2016 como Año Internacional de las Legumbres. De esta forma, Naciones Unidas pretende reactivar su consumo proclamando los beneficios de su ingesta, así como poner en valor su producción, que ha venido cayendo a nivel mundial en los últimos años.

De este descenso no se ha librado León, que tiene en las legumbres un potente cultivo que trata de potenciar con señas de calidad y que se ha ganado a pulso el reconocimiento.

La lenteja pardina, el garbanzo de Pico Pardal y la Alubia de La Bañeza abanderan este cultivo milenario en la provincia. La lenteja y la alubia tienen IGP, un reconocimiento que espera el garbanzo leonés del que se encarga una promotora a la espera de conseguir la distinción de calidad. Pero no sólo estas legumbres tiene la provincia, sino que el arvejo es un nombre más a añadir, si bien su cultivo es meramente testimonial en la zona de Riaño.

Son potentes aliados contra amenazas tan actuales como el cambio climático, y un «superalimento» saludable dentro de la aclamada Dieta Mediterránea. Sin embargo, y a pesar de estas propiedades, según el panel del Ministerio de Agricultura Alimentación y Medio Ambiente cada español consume sólo tres kilos de legumbres al año, casi diez kilos menos que hace 50 años, según datos recogidos por Efe. En término generales, la FAO detecta un descenso lento pero constante tanto en los países desarrollados como en los menos, al pasar el consumo mundial de los 7,6 kilos por persona de 1970 a 6,1 en 2006.

«Grandes esperanzas»

Por eso la institución internacional ha decidido poner en foco en promocionar este producto, una iniciativa de la que en España se encarga la Federación Española de Leguminosas (AEL), que agrupa a los envasadores de legumbres y que se encarga de las acciones promocionales del Año de las Legumbres en España. Su presidente, Guillermo García, tiene «grandes esperanzas» en que este año sirva para que revierta la tendencia a la baja del consumo gracias a nuevas posibilidades que también están en el mercado como lo que él denomina «la revolución» de la conserva de legumbre, que «hace solo dos décadas era totalmente desconocida» y que facilita su preparación, relató a Efe.

El caso es que León es zona puntera y de mayor producción en España en lo que a legumbre se refiere y se ha aprovechado el mensaje de Naciones Unidas para extender una verdad: que es salud gastronómica. De hecho, su prestigio parece haberse reforzado, algo que quedó patente en Madrid Fusión, cuya última edición dejó claro que las legumbres fueron las más elogiadas y sus puestos los más visitados. Y es que estas semillas leonesas suponen el 70% de la producción nacional y eso, junto a efeméride que se celebrar este año ha hecho que los empresarios del sector quieran aprovechar la oportunidad.

Más cultivo

En cuanto al cultivo, los datos oficiales recogidos por Efe reflejan que la superficie de leguminosas en España era en 2014/2015 de 275.000 hectáreas, un 20% más que en la campaña anterior, mientras que la producción se redujo un 10%. En León, la superficie de cultivo también aumentó el año pasado en los tres casos con respecto al 2014.

Por el momento, ocho de cada diez kilos de los que se consumen en España son de importación, pues «los costes de producción aquí son más caros que las mercancías que llegan de fuera», apuntan desde la Asociación Española de Leguminosas. La idea es, puntualizan, «que empecemos a producir para nuestro abastecimiento», lo cual implica un incremento en el que tendrá mucho que ver la nueva programación de la Política Agraria Común (PAC).

Y es que su potencialidad como fijador de nitrógeno, convierten el cultivo de leguminosas en un aliado frente al cambio climático. Por ello, la PAC las reconoce como superficie de interés ecológico que permite recibir las ayudas del ‘greening, que son las que están asociadas a medidas medioambientales.

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