Diario de León

Sobre ruedas

Vespa: 70 años de leyenda

La motocicleta italiana más conocida y referente en el mundo del diseño se ha convertido en icono de un estilo de vida

De izquierda a derecha,  el cuerpo de carteros de Barcelonan; el modelo que  condujo Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’; varias motos en Wittenbergplatz, en Berlín; El actor alemán Mario Adorf y excursionistas en Manzanares del Real.

De izquierda a derecha, el cuerpo de carteros de Barcelonan; el modelo que condujo Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’; varias motos en Wittenbergplatz, en Berlín; El actor alemán Mario Adorf y excursionistas en Manzanares del Real.

Publicado por
Lorena Pacho
León

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La Vespa nació en la Italia de posguerra, en el seno del grupo de transportes de Enrico Piaggio y de la mano del ingeniero aeronaútico Corradino D’Ascanio, con el objetivo de reemprender la actividad comercial de la empresa y contribuir al despegue económico italiano. La maltrecha economía de la época y el mal estado de las carreteras hacían que el automóvil se descartara como opción, por lo que Piaggio decidió apostar por la motocicleta, que se convertiría en poco tiempo en el primer medio italiano de transporte de masas.

D’Ascanio creó una escúter que no se parecía a nada que se hubiera hecho antes y que fue toda una revolución tecnológica; tres conceptos sencillos fueron la clave de su éxito y explican su auge: era barata, funcional y fácil de conducir; además en ella podían viajar dos o más personas.

En origen estaba dirigida a los profesionales y a las mujeres, que podían conducirla fácilmente en falda y zapatos de tacón, sin mancharse de barro o aceite del motor, como refleja la primera publicidad de la marca.

Fue un concepto novedoso en un país en el que las mujeres comenzaban a votar ese mismo año de 1946.

El ingeniero imaginó a una persona sentada y erguida y comenzó a construir a su alrededor la motocicleta; con la carrocería de una sola pieza que sirve como caja para el motor y protección para el piloto y el brazo delantero inspirado en el tren de aterrizaje de un avión.

Cuando Piaggio vio el prototipo que había encargado a D’Ascanio exclamó «desde arriba parece una avispa (vespa, en italiano)» y de ahí viene su nombre, cuenta a Efe el presidente del Vespa Club de Italia, Roberto Leardi.

LA «AVISPA « ITALIANA

En 1948, dos años después de su creación comenzó a fabricarse en cinco nuevos países en Europa: Alemania, Francia, Bélgica, Inglaterra y España.

En 1951 la Vespa desembarca en Argentina, con un modelo especial hecho para la ocasión, una constante que se mantendrá a lo largo de su historia. Ahí empieza su viaje en el mundo. En ese contexto comienzan a crearse los Club Vespa, en diversos países, que reúnen apasionados y propietarios y en 1953 nace el Vespa Club europeo, que aglutinaba las diferentes asociaciones nacionales.

«Nace primero la Europa Vespa que la Europa Política», comenta el presidente del club italiano, que además ha escrito varios libros sobre la historia de esta escúter.

Diez años después de su nacimiento, en 1956, ya se habían vendido en todo el mundo un millón de motocicletas Vespa; hoy en día, el número de ventas asciende a 18 millones de ejemplares, apunta Leardi. En los años 50 del siglo XX, la Vespa era «el medio más utilizado para ir toda la familia al mar o pasear en pareja», explica Leardi, y también era común incluso «ir de viaje de luna de miel en Vespa, con la maleta de cartón metida en el maletero trasero», añade.

Y de parte de ese espíritu romántico y aventurero que estaba en la calle se contagió el mundo de cine, que ha convertido a la Vespa en «actriz de reparto» de numerosas películas, desde su primera aparición en 1949 en Domenica d’agosto , de Luciano Emmer.

Su consagración como «protagonista» en la historia del cine llegó en 1953, con «Roman Holiday», de Willian Wyler, con una graciosa Audrey Hepburn, que conduce feliz por las calles de Roma una Vespa blanca mientras dice a su copiloto, Gregory Peck : «déjame, es divertido».

Las carreteras empiezan a llenarse de coches y entonces Piaggio decide mirar al público joven y en 1963 lanza la hermana pequeña del modelo clásico, la Vespa 50, que podían conducirla los mayores de 14 años sin carné y sin matrícula. Esto la convirtió en «emblema de la libertad de los jóvenes, que fueron los que llevaron adelante la aventura Vespa», comenta Leardi.

En el mundo del deporte, la Vespa también supuso una revolución; En los primeros años 50 se competía con ella en circuitos urbanos y después se empezaron a construir vehículos para batir récords deportivos.

En el presente combina mito y realidad: «la Vespa hoy en día vive tanto a través de los coleccionistas como de quien la utiliza en su vida diaria», en palabras de Leardi. Nunca ha perdido la identidad de imagen que adquirió desde sus inicios, con sus formas redondeadas, «femeninas para muchos», según Leardi, su mezcla de elegancia y funcionalidad con el toque de calidad propio del «made in Italy». Su practicidad y sus cualidades se han mantenido en el tiempo, aunque se ha ido adaptando a las nuevas técnicas y las necesidades ambientales, como el motor de cuatro tiempos, que permite reducir la emisión de humos.

Para muchos, como el presidente del club Italia, la Vespa, esa «avispa» italiana es un «insecto metálico que no se para nunca».

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