Diario de León

fiestas históricas

La recreación que resultó ser un imán

Las justas medievales del passo honroso se han consolidado como una de las recreaciones históricas más importantes de españa gracias a la ilusión y el trabajo con el que los vecinos de hospital de órbigo preparan cada una de sus ediciones, y ya van 20

Dos de los caballeros participantes en las Justas del Passo Honroso mantienen un combate en presencia de numeroso público asistente a la fiesta.

Dos de los caballeros participantes en las Justas del Passo Honroso mantienen un combate en presencia de numeroso público asistente a la fiesta.

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pedro orive
León

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Las Justas del Passo Honroso que se celebran en la localidad de Hospital de Órbigo acaban de celebrar su vigésima edición. Durante todos estos años la recreación histórica se ha asentado totalmente y ha crecido en todos los aspectos hasta convertirse en una fiesta que atrae el primer fin de semana de junio a miles de visitantes.

Los vecinos de Hospital están absolutamente volcados en colaborar en todo aquello que es necesario para rememorar lo que ocurrió en el Año Jacobeo de 1434. El caballero leonés Suero de Quiñones rompió 300 lanzas durante el torneo que comenzó el 10 de julio y terminó el 9 de agosto del citado año y cuyo objetivo era demostrar el amor que sentía hacia Leonor de Tovar. Una vez concluido el torneo don Suero peregrinó hasta Santiago de Compostela para cumplir con la promesa que había hecho.

Como comenta el alcalde de Hospital de Órbigo, Enrique Busto, «la historia es de aquí, al igual que don Suero y el puente». Fue en 1997 cuando tuvo lugar la primera edición de las Justas Medievales del Passo Honroso. En aquel año Miguel Rodríguez Cuesta formaba parte del Centro de Iniciativas Turísticas (CIT) Órbigo y propuso a los hosteleros la celebración de una fiesta medieval con motivo de la gesta de Suero de Quiñones. En su afán por sacar adelante el festejo contó con la colaboración de Ángel de la Torre y Dámaso Juan González. Pero a quien Rodríguez Cuesta quiere agradecer su apoyo es «a los vecinos de Hospital, ellos son el alma de la fiesta, gracias a ellos se ha obtenido este éxito».

Para poner en marcha las primeras justas se trasladaron a la localidad orensana de Ribadavia donde tomaron ejemplo de la ‘Festa da Istoria’. La colaboración de los vecinos de la localidad ribereña fue vital para confeccionar los trajes de los caballos y las personas, así como engalanar el pueblo. Los équidos que participaron en el torneo eran de Castrillo de los Polvazares y el Teatro del Azar se encargó de los pasacalles y el mercado medieval.

Con unos carteles y publicidad en prensa y radio ese primer fin de semana de junio de 1997 Hospital se llenó de gente para contemplar un espectáculo que por aquellas fechas no era habitual.

Debido al éxito de esta primera edición se creó una coordinadora que desde ese momento se hace cargo de la fiesta. Además Hospital y Ribadavia se hermanaron.

Enrique Busto y Miguel Rodríguez coinciden en que «la fiesta es del pueblo y gracias a su colaboración sale adelante». Busto destaca que «solamente con dinero no sería posible». Pero a pesar de todo la organización cuenta con un presupuesto que ronda los 50.000-60.000 euros y que lo aporta el Ayuntamiento, Diputación, Junta, empresas colaboradoras, vecinos y negocios de la localidad.

Enrique Busto considera que con el presupuesto del que gozan y teniendo en cuenta que el municipio no supera los 1.000 habitantes, «aspirar a más es difícil. Nos centramos en prestigiar el acto histórico y creo que lo estamos haciendo bien tal y como lo demuestra el número de visitantes».

El primer fin de semana de junio se escogió para atraer visitantes en unas fechas en las que el pueblo no celebraba nada. La coordinadora de las Justas empieza a trabajar en enero y los dieciocho miembros que la componen estudian los actos que se pueden celebrar cada año en función del dinero con el que cuentan. Aproximadamente un mes antes de la fiesta comienzan los ensayos y preparativos para que el acto resulte todo un éxito.

Mantenedor

La figura del mantenedor es clave en esta recreación histórica y las personas que han tenido el honor de ocupar este puesto, bien a título personal o en representación de una institución, se debe a que han ayudado o colaborado con las Justas.

El título de Fiesta de Interés Turístico Regional ayuda en la promoción y el acto festivo genera importantes ingresos en la hostelería y negocios en general del pueblo. Además, la que fuera ministra de Cultura, Carmen Calvo, ejerció como mantenedora y quedó fascinada por la belleza del puente. A partir de este momento se puso en marcha la rehabilitación integral del mismo en la que se invirtieron dos millones de euros en unas obras que se desarrollaron entre el año 2010 y 2012.

Los que acuden a Hospital durante este intenso fin de semana proceden principalmente de la provincia, resto de Castilla y León, Asturias, Madrid y Cantabria.

Las Justas forman parte de la Asociación Española de Fiestas y Recreaciones Históricas, lo que les reporta grandes beneficios como contar con la asesoría técnica de un catedrático de Historia, pero también obligaciones ya que son sometidos periódicamente a auditorías. En este grupo se engloban 14 fiestas y Hospital de Órbigo es el pueblo más pequeño. También están integradas en un colectivo similar a nivel europeo que les controla cada cierto tiempo.

La experiencia que atesoran las Justas ha dado pie a que muchas otras localidades se pongan en contacto con los responsables de las mismas para solicitar consejos en diversos aspectos como el mercado medieval o la organización de aparcamientos. Pero en lo que realmente son un ejemplo es en su plan de seguridad, muy elaborado para hacer frente a cualquier emergencia. En esto tiene mucho que ver que Hospital alberga sesiones teóricas y grandes ejercicios prácticos de la Asociación Nacional de Especialistas Profesionales en Protección Civil y Emergencias.

El comentario de los que asisten a la recreación, incluidos los mantenedores, es que «están en una película». No se explican cómo un pueblo tan pequeño puede preparar una fiesta de estas características. Esto se consigue con mucho trabajo y con una ‘tribuna natural’ como la que ofrece el histórico puente.

El torneo sólo dura dos horas, por lo que el papel del mercado medieval y todos los espectáculos que se organizan en su entorno son una parte fundamental. La cena medieval y el desfile de antorchas completan un fin de semana lleno de entretenimiento.

Los organizadores vuelcan sus últimos esfuerzos en potenciar el campamento medieval puesto que tiene una gran aceptación y despierta el interés de los visitantes. En el de este año contaron con la presencia de asociaciones de recreación de Valencia, Alicante, Alcalá de Henares y Tarragona. En este punto se puede disfrutar del manejo de armas y juegos infantiles de la época, cetrería, caballos, desfiles e incluso contemplar la vida diaria puesto que pasan el fin de semana en sus instalaciones.

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