la terca realidad
Tengo reducidas a una máxima de andar por casa, muy poco seria y escasamente filosófica, las profundas reflexiones de Karl Popper sobre la realidad; en definitiva la conclusión a la que llegue después de haber intentado bucear en la profundidad del filósofo de los tres mundos, es que la realidad es terca como una mula.
Viene esto a cuenta de la decisión la Junta Electoral de Guipúzcoa que ha resuelto que Arnaldo Otegi no puede presentarse como candidato a lendakari de EH Bildu a las elecciones vascas del próximo 25 de septiembre, ratificando la sentencia de la Audiencia Nacional. Pero al margen de los recovecos de la Justicia y las sentencias, está la realidad que todos entendimos desde el principio: va a ser que no. Y por ahora es que no. Y el camino que les queda es acogerse a las instituciones que rechazan, cumplir con la Ley que no les gusta y esperar que a que esa Ley les dé la razón. No hay atajos.
Y es el momento de recordar el órdago del señor Otegi de hace unos días: «No va a haber tribunal, ni Estado, ni Guardia Civil, ni Ejército español que vayan a impedir que concurra como candidato en los comicios autonómicos». Pues parece que sí porque, como recordaba acertadamente la portavoz de Justicia del Grupo Parlamentario Popular en Les Corts valencianas, María José Ferrer San-Segundo, «los derechos políticos no son superiores al cumplimiento de condenas por delitos asociados al terrorismo, ni permiten quebrantarlas».
Qué le vamos a hacer. Cada cual tendrá su opinión, pero la realidad es terca como una mula y no hace falta mandar al «Ejército español» para no incluirle en la listas o incluirle en contra de la Ley y entonces las listas no serían más que papel mojado a todos los efectos.
Y esto que digo sobre el caso Otegi, es lo que vengo diciendo de la ya aburrida «desconexión» unilateral de Cataluña con el resto de España: lo que no puede ser, no va a ser y además es imposible. Ya pueden hacer declaraciones solemnes y planes de ruta, gastarse millonadas en propaganda en lugar de dedicarlos a la sanidad... No puede ser. Y que estén seguros tanto Otegi como los independentistas, de que no hace ninguna falta sacar los carros de combate a las calles.