Diario de León

el león desconocido

Curiosidades invisibles a simple vista

El profesor de biología José Antonio Mateos del Riego organiza paseos por León en los que enseña a los curiosos todos los símbolos, fósiles y pequeños detalles que se ven en la ciudad sin saber su significado u origen

El 25 de Ordoño II, y encima del portal, símbolos masónicos como el laurel o el compás .

El 25 de Ordoño II, y encima del portal, símbolos masónicos como el laurel o el compás .

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n. banderas
León

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A veces es complicado ver lo que se tiene delante de la nariz. La rutina convierte a las cosas que se ven cada día en algo nada llamativo y eso hace que los secretos y los símbolos que se ocultan en la ciudad pasen desapercibidos para casi todos.

En León también es así y hay un gran número de curiosidades que se agazapan en los rincones. El leonés de esta historia, el profesor de biología José Antonio Mateos del Riego lleva diez años dedicado a descubrir todas estas curiosidades y enseñárselas a todo aquel que quiera aprender más sobre todo lo que ve cada día sin fijarse en su interpretación.

Fósiles, símbolos, inscripciones y curiosidades que traen una historia detrás. Todo tiene cabida en el arsenal de pequeños detalles que José Antonio ha recopilado y que ahora enseña a los interesados en descubrirlo.

Ayer mismo, Mateos del Riego tenía planeada una nueva ruta por León, ya la última hasta noviembre. El leonés recorre y enseña todos los lugares y curiosidades que ha recogido en sus años de observador. Ha escrito libros, como la obra Camino de Santiago por la ciudad de León: Otros datos, descúbrelos, en la que expone fotografías de estas curiosidades, con una breve explicación para el lector.

Tan solo en San Marcos, el profesor enseña un gran número de curiosidades en su fachada y alrededores. Y es que los muros cuentan historias que hace necesario que alguien las interprete. En la joya plateresca de León se pueden encontrar desde los escudos de los reyes de la época como el de Carlos I, monarca que reinaba cuando finalizó la construcción, o el de Fernando el Católico, el rey que ordenó hacer el actualmente parador estrella de León.

Toda el zócalo frontal de San Marcos está cubierta en su superficie de medallones con los rostros de entidades importantes en la historia de España y de personajes grecolatinos. Así, las caras de Bernardo del Carpio, Hércules, Alejandro Magno, los reyes católicos, el Cid, Aníbal y Julio César, entre otros, compiten en la fachada de la joya plateresca por la atención del visitante. José Antonio apunta un detalle, el rostro de Carlos I, que fue el que ordenó crear estos medallones, se encuentra entre el de los emperadores Trajano y Adriano, con una inscripción en la que se autoproclama el mejor. «Una prueba del carácter que tenía este rey», apunta el profesor.

No solo el monumento presenta curiosidades en su fachada, también su entorno las tiene. La famosa estatua homenaje al peregrino en la columna central de la plaza tiene varias marcas en la piedra que no se identifican con nada conocido. Pero José Antonio lo explica: «Son fósiles de gusanos tubícolas y sus galerías, que fueron rellenadas, y por ello las marcas quedan con esta forma» (de gusano).

Los muros de la iglesia de San Marcos representan historias. En palabras del profesor, «el primer friso narra la Gigantomaquia, una historia de enfrentamiento entre los titanes y los dioses de la mitología griega, con Zeus a la cabeza», y el segundo friso «el ascenso al reino de los cielos del monarca Carlos I». La flor de Lis de los templarios, la concha del Camino de Santiago y muchos más símbolos, que hacen de San Marcos uno de los lugares de León con más detalles y curiosidades que el profesor enseña a los interesados. Una bonita imagen que preside la puerta de San Marcos es la que representa a Santiago cabalgando en la Batalla de Clavijo, o una pata de animal sobresaliendo en una de las columnas de la iglesia, que para el profesor «puede ser una pata de ganso, ya que el ganso es un símbolo de los templarios», pero ésta «es solo una suposición razonada», apunta Mateos del Riego.

Pero la marcha no se detiene en el emblemático parador leonés. Hay muchos detalles ocultos en León esperando ser descubiertos o enseñados por alguien que los conozca. José Antonio dirige la marcha hacia la zona de El Crucero y hace la primera parada en el puente para cruzar el Bernesga. El profesor señala la piedra caliza. «Esta piedra tiene millones de años», apunta y llama la atención sobre algunas pequeñas marcas espirales en su superficie. Son fósiles de un animal marino ya extinto, «las goniatitas, de hace millones de años, que tenían una concha en forma de caracol», explica.

En el parque de Quevedo también hay fósiles, estos un poco más pequeños, correspondientes a crinoideos, también conocidos como lirios de mar, cuyo pedúnculo deja marcas pequeñas y visibles en las piedras utilizadas para hacer la escalera de acceso al parque.

A veces los símbolos se encuentran en lugares muy transitados, y nada disimulados, pero es imposible ser capaz de verlos si no se conoce el significado o el origen. Es el caso de los símbolos masónicos situados en Ordoño, concretamente en el portal 25, encima del número, como se puede apreciar en la imagen de la página anterior. El laurel, el compás, el cartabón, reglas y plomadas, signos de los masones que se encuentran en pleno centro de León y pasan desapercibidos para el ojo menos clínico.

Y no son todo símbolos y fósiles lo que José Antonio Mateos del Riego enseña. El autor de Camino de Santiago por la ciudad de León también tiene en su lista de conocimientos árboles, animales y técnicas de orientación utilizando simplemente la naturaleza, elementos como la inclinación del sol o el musgo en los árboles. El profesor leonés es muy entusiasta cuando se trata de divulgar su conocimiento.

Otra de las curiosidades que José Antonio cuenta es la extraña distribución de las ventanas del Auditorio Ciudad de León y sus formas. «Es un pentagrama y sus notas», dice el profesor, y posteriormente explica: «Las líneas del pentagrama y, pegadas a ellas, las ventanas que representan las notas musicales góticas». No todos los leoneses conocen la idea del arquitecto que diseñó este edificio a la hora de hacer las ventanas en tan extraña distribución.

El profesor leonés transmite su disposición para que los curiosos que quieran saber más le acompañen en sus batidas por León. Aunque hasta noviembre no habrá ninguna, cualquiera puede tener un anticipo leyendo su libro o viendo las fotografías de su Facebook con todas las curiosidades que se ha encontrado o ha estudiado a lo largo de los años.

Y es que una ciudad tan antigua e histórica como León esconde detalles invisibles a simple vista, que necesitan de una voz experta para ser explicados. Símbolos que cada día se ven en la ciudad, en un paseo por el río, el centro, o en las escaleras que cada día se pisan, como las marcas fósiles de los lirios de mar en el Parque de Quevedo. A veces es bueno pararse un poco a mirar alrededor y tratar de desentrañar los secretos que esconde la marca más imprevisible en el lugar más común de la capital leonesa. La cotidianidad transforma cosas increíbles en meros objetos de paso, y a veces es necesario darle ese toque de genialidad para volver a sacarles todo el jugo a los símbolos y pequeños detalles ocultos en León.

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