Nueva York marca el ritmo

En la Semana de la Moda de Nueva York, que arrancó con un fuerte carácter reivindicativo, ya que decenas de diseñadores utilizaron los desfiles como escaparate para lanzar mensajes a favor de la diversidad y los derechos de las mujeres, muchas firmas se han apuntado a la tendencia de poner a la venta durante el desfile las prendas que lucen las modelos, algo que define muy bien la tendencia que se ha convertido en etiqueta: #SeeNowBuyNow.

Tommy Hilfiger, alejado por primera vez de la pasarela neoyorkina, ya que trasladó su desfile a la emblemática playa de Venice de Los Ángeles, presentó sus colecciones «TommyNow» y «TommyXGigi» en un evento que estuvo marcado por la política de «See Now, Buy Now» («ver ahora, comprar ahora»).

Así, Hilfiger mostró, más que un desfile de moda al uso, una experiencia de entretenimiento multidisciplinar con música en directo y acróbatas, en la que las piezas exhibidas de la colección de primavera para mujeres 2017, estaban inspirada en los aromas de la cultura californiana y se pusieron a la venta, de manera inmediata, a través de la web.

Madeline Stuart también marcó una nueva armonía durante la «New York Fashion Week». La australiana con síndrome de Down, que hace dos años debutó como modelo en la Gran Manzana, revolucionó la pasarela con «21 Reasons Why» («21 razones»), una propuesta colorida y estampada compuesta por «crop tops», faldas, blusas, jeans y vestidos, con las que, además de reivindicar que no solo hay un tipo de belleza, enfatizó en la capacidad de superación del ser humano.

Una línea reivindicativa por la que también apostaron las supervivientes del cáncer de mama que desfilaron en Nueva York para la firma de lencería AnaOno Intimates y que mostraron, orgullosas, sus cicatrices sobre la pasarela.

Las doce mujeres, modelos por un día, que luchan o que ya han superado la enfermedad, exhibieron, sin complejos, las piezas lenceras sobre las huellas que les ha dejado la enfermedad para recaudar fondos, con el objetivo de ayudar a las pacientes de cáncer de mama y para reivindicar que todas las mujeres pueden sentirse «sexis» y femeninas a pesar de sus cicatrices. La nota curiosa y sexy fue orquestada por el diseñador Philipp Plein, quien contó para su desfile con el exrecluso «más guapo del mundo», Jeremy Meeks.

El ahora maniquí de 31 años cambió, de esta forma, el traje de reo por las prendas de alta costura de la Semana de la Moda de Nueva York, tan solo 11 meses después de salir de prisión. Un cambio de «look» que ha dejado claro que el «diablo» ya no viste de Prada, sino de Philipp Plein.

Carolina Herrera y Óscar de la Renta, fueron otros dos diseñadores que impusieron su propio ritmo sobre la pasarela, en la que dominó la elegancia, la sofisticación y la feminidad.

Herrera presentó largos vestidos y faldas de vuelo o plisadas desde la cintura, en ocasiones combinadas con la mítica camisa blanca, y el contraste de materiales como el algodón, el cuero, el terciopelo o la seda.

Mientras que la camisa blanca, icono de la firma y prenda habitual de la diseñadora, tomó una nueva dimensión gracias a pequeños detalles, desafiando formas y proporciones para cambiar sutilmente su apariencia y despertar sorpresa.

Por su parte, Óscar de la Renta presentó, bajo el liderazgo de sus nuevos codirectores, Laura Kim y Fernando García, su primera propuesta otoño/invierno 2017/2018 compuesta por vestidos palabra de honor o escotes con un hombro al descubierto, tanto largos como cortos, la mayoría de ellos ceñidos a la cintura, tipo corsé, y con las faldas voluminosas, siempre presentes en la firma.

Nueva York cambia el ritmo de la moda a través de la tecnología, la reivindicación y la belleza infinita de la figura femenina.