En la picota
El sueño americano se hace pesadilla
El asesinato de un indio en Estados Unidos pone en el punto de mira la política contra los inmigrantes que proclama Donald Trump a los cuatro vientos
La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos es un lógico motivo de preocupación para los inmigrantes que residen en la superpotencia americana. Incluso para los que trabajan de forma legal. Por eso, hace unos días Parvatha Vardhini le pidió a su hijo que regresara a India si se sentía amenazado en la pequeña localidad de Olathe, en el Estado central de Kansas, donde trabajaba como ingeniero. Pero Srinivas Kuchibhotla, de 32 años, le contestó que no se preocupase, que la situación no era tan mala como hace creer la prensa.
No obstante, el pasado día 22, cuando Kuchibhotla estaba disfrutando de una copa en un bar junto a su amigo Alok Madasani, uno de los clientes, Adam W. Purinton, comenzó a insultarles y a preguntar si estaban en Estados Unidos de forma ilegal. Los empleados del establecimiento le conminaron a marcharse, pero Purinton, de 51 años, regresó poco después con un arma y disparó a los dos indios al grito de «¡fuera de mi país!». Kuchibhotla murió y Madasani resultó herido junto a un estadounidense de 24 años, Ian Grillot, que trató de impedir el tiroteo. Purinton creyó en un principio haber matado a dos hombres de Oriente Medio.
Ahora, Vardhini no permitirá a su hijo menor y a la familia de este que regresen a Estados Unidos, donde también residían. «Mi hijo fue allí en busca de un futuro mejor. Estaba muy ilusionado porque pronto iba a crear una familia. ¿Qué crimen cometió?», se preguntó la madre durante el funeral, celebrado en la localidad sureña de Hyderabad el pasado martes. «Yo también albergaba dudas sobre si estábamos haciendo lo correcto a la hora de emigrar a Estados Unidos. Ahora necesito una respuesta del Gobierno para saber cómo piensa detener este odio», añadió la mujer de Kuchibhotla, Sunayana Dumala.
Entre llantos, muchos de los asistentes al funeral también aprovecharon para exigir al Gobierno indio que busque alguna forma de proteger a sus ciudadanos en Estados Unidos, donde el debate se centra ahora en si el asesinato debe ser considerado un ‘crimen de odio’. «Exigimos que se investigue como lo que es. Cualquier otra cosa será una injusticia para las víctimas y sus familias», declaró en un comunicado la Fundación Hindú Americana. De momento, la policía lo considera un asesinato común. En India, por su parte, muchos se preguntan por qué Purinton, veterano de la Marina, no es considerado un terrorista. «Solo se les pone esa etiqueta a los musulmanes que matan a blancos. Si el crimen lo comete un blanco es siempre porque sufre alguna enfermedad mental que termina siendo un importante eximente de responsabilidad», criticó durante el funeral uno sus tíos, Prayuth Narayana, en declaraciones al diario The Hindu . «Además, Donald Trump, que siempre aprovecha la más mínima oportunidad para subrayar cualquier crimen que afirme sus teorías antiinmigración, no ha dicho nada al respecto del asesinato de nuestro Kuchibhotla», apostilló.
No obstante, en su discurso en el Congreso de Washington, el nuevo presidente estadounidense sí que hizo mención al tiroteo de Kansas, aunque lo hizo de puntillas.
«Amenazas recientes contra centros comunitarios judíos y actos de vandalismo en cementerios judíos, así como el tiroteo de la semana pasada en Kansas, nos recuerdan que, aunque podemos ser una nación dividida en lo que se refiere a la política, somos un país que condena unido toda forma de odio», afirmó Trump el martes.
Curiosamente, el primer ministro indio, Narendra Modi, no ha hecho ningún comentario al respecto. El porqué de eso último lo analizó ayer el diario Hindustan Times . No en vano, la reacción de India ante la primera muerte de uno de sus ciudadanos tras la toma de posesión de Trump ha sido tímida, algo que contrasta con el ruido que el Gobierno de Delhi suele hacer siempre que sus intereses se ven vulnerados en el extranjero.