Diario de León
Publicado por
Diego CArcedo
León

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Unos años atrás la situación en Turquía se convirtió en un espejismo. Era un país emergente, con una economía pujante y un Gobierno musulmán, el de Erdogan, que apuntaba maneras democráticas. Incluso se elogió que su identificación islámica lo homologaba con lo que durante tantos había sido en Europa la Democracia Cristiana. España fue de los países que enseguida respaldaron su pretensión de incorporarse a la Unión Europea. Primero fue el presidente Aznar quien se mostró entusiasmado con la idea y enseguida la respaldó Rodríguez Zapatero quien lo incorporó con euforia a su iniciativa estrella, la Alianza de Civilizaciones.

El Gobierno turco contribuyó a acreditar estas esperanzas con algunos cambios en sus leyes para adaptarlas a las exigencias de Bruselas. Pero sin entusiasmo, todo hay que decirlo. Contaban con el respaldo interesado de los EE UU pero no tanto con el de algunos países miembros como Francia, Alemania u Holanda que con sutilezas diplomáticas empezaron a ponerle freno a los progresos de los negociadores. Sus gobiernos no confiaban que al final Erdogan y su partido garantizasen la libertad y la democracia en un país tan complicado, inestable, y expuesto a las corrientes de fanatismo religioso que se estaban extendiendo por los países vecinos

Al final la negociación entró en dique seco y los acontecimientos en Turquía comenzaron a precipitarse en la dirección opuesta a lo que la UE exige. Erdogan abandonó su tibio respeto a las reglas democráticas e inició una escalada imparable para islamizar al país y a perpetuarse él en el poder. Un intento de golpe de Estado de dudosa inspiración le sirvió unos meses atrás de argumento para encarcelar a decenas de miles de personas, para clausurar medios de comunicación y para encarcelar a jueces, profesores y periodistas a centenares. Hoy Turquía es una dictadura cada vez menos disimulada.

Mientras los gobiernos de la UE intentan rebajar las tensiones que cobraron su virulencia estos días con la oposición de las autoridades de Holanda a que dirigentes turcos montasen mítines políticos tumultuarios en su territorio, muchos nos preguntamos ¿cómo sería esta situación si Turquía fuese por su número de habitantes de la Unión con toda la capacidad de decisión que eso le estaría proporcionando?

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