Las matemáticas de las cosas
Los números de nuestra vida
Estamos rodeados de números: están en el ascensor, las tarjetas de crédito, las elecciones, las películas e, incluso, en nuestros sentimientos. En una sociedad cada vez más tecnológica, los números son códigos de los que depende nuestra privacidad y dinero y pueden controlar nuestra relación con la información
Un recorrido por las matemáticas de las pequeñas cosas que nos rodean y que están presentes en el mundo en que vivimos, revela presencias numéricas asombrosas en nuestra vida cotidiana.
«¡Todo está en los números! », señala a Efe el doctor en Ciencias Matemáticas, Claudi Alsina (Barcelona, 1952) que ha dado ese título a su libro sobre las curiosidades de los números que se esconden en nuestra vida cotidiana, así como los mitos, historias y anécdotas relacionadas con los principales números de nuestra cultura.
«O, si quiere, los números están en todo, ya que forman parte de la realidad, de nuestra vida cotidiana, personal y social», añade Alsina (http://claudialsina.com/ ), escritor y conferenciante que ha realizado una amplia labor de investigación matemática y ha publicado de numerosas obras de divulgación en este campo.
Según este matemático «los números, tan imprescindibles en todo, también pueden enamorar» y Alsina se declara enamorado de un serie de números: aquellos que aparecen en multitud de situaciones y tienen prestigio histórico (1, 3, 4, 7, 12,…), un gran valor científico ( pi …) o sorprendentes aplicaciones (raíces cuadradas, número de oro,…)», que describe en su libro.
Alsina elige y describe, a petición de Efe, algunos casos que le resultan especialmente curiosos, desvelando aspectos desconocidos de esos signos que se definen como «expresión de una cantidad con relación a su unidad» pero que esconden una innumerable variedad de sorpresas.
LA EMPÍRICA LEY DEL NÚMERO 1
«En 1881 el astrónomo americano Simon Newcomb, familiarizado con trabajar con gran cantidad de datos, hizo notar que «no todos los dígitos del 1 al 9 aparecen con la misma frecuencia»», señala Alsina.
Añade que, en 1938, el físico Frank Benford descubrió por su cuenta el hallazgo de Newcom, y se dio a conocer como «ley de Benford»: en muchos conjuntos de datos numéricos (no en todos), los dígitos menores (en la serie del 1 al 9) aparecen con mayor frecuencia que los mayores, hasta el extremo que el 1 ocupa el 30 % del total, mientras que el 9 ni siquiera llega al 5%. «Existen conjuntos de datos que no cumplen esta ley (decimales de raíces cuadradas, listados de teléfonos…), pero la ley del 1 sirve para detectar datos fraudulentos en las declaraciones económicas o resultados electorales», indica. El primer número que aprendemos.— «Es el 2, no es el 1. De muy pequeños necesitamos observar una cantidad para adquirir la noción de número. Por ello apreciamos antes el 2 que el 1», asegura este matemático.
LOS PLIEGUES DE PAPEL
«Durante mucho tiempo circuló en matemática recreativa la idea de que el número máximo de veces que podíamos doblar sucesivamente un folio, sin importar su tamaño o espesor, era de siete,» señala Alsina. Según este investigador, nadie pudo superar este límite hasta 2002, cuando una imaginativa estudiante de secundaria de California, Britney Gallivan, hizo 12 pliegos con un solo papel.
Britney sustituyó el folio por una larga tira de fino papel (1.200 metros) y declaró: «El mundo fue un lugar maravilloso cuando conseguí el doceavo pliegue», recuerda Alsina. «En 2012 James Tanton y su grupo usaron un papel que llegaba hasta los 3.600 metros, y lograron, según parece, un pliegue más: 13», enfatiza.
EL NÚMERO DE DIOS
«El número del diablo es el famoso 666 que ya aparece referenciado en la Biblia, pero no existió un número asociado a la denominación «número de Dios» hasta el año 2010, cuando se asignó el 20 en relación al ¡cubo de Rubik!», de acuerdo a Alsina. Explica que, ya en 1981, surgió una pregunta: ¿cuántos son los movimientos mínimos para resolver el cubo de Rubik?. «Tras muchos progresos a lo largo del tiempo no fue hasta 2010 que los matemáticos Tomas Rockichi, Herbert Kociemba, Morley Davidson y John Dethridge pudieron demostrar con complejos programas informáticos que el número mínimo de movimientos era 20, y lo llamaron el número de Dios», señala este matemático.
NÚMEROS IMPOSIBLES
«Muchos son los autores de fórmulas de la felicidad que dan expresiones (en general sumas) para expresar los factores de los cuales depende la felicidad personal, como las características personales, necesidades existenciales, autoestima, salud, energía,...», señala Alsina. Así el científico Eduardo Punset indica la fórmula F = E (M + B + P) / (R + C)». «Donde la felicidad (F) es el producto de multiplicar nuestras emociones (E), por la suma del coste energético de mantener nuestro organismo, la búsqueda de nuevos horizontes y las relaciones personales. Este resultado se divide por la suma de factores que reducen nuestra felicidad y la carga heredada que nos resta capacidad de ser felices», dice el autor.
HOLLYWOOD Y EL NÚMERO 85. «Una enorme cantidad de títulos de películas contienen números y también se observa en vinos y perfumes», señala Alsina. Destaca que, según un estudio de Jorge Stolfil, «existen películas con títulos donde aparecen todos los números enteros entre 1 y 117 excepto uno: el 85, que aún no tiene película.»
EL 7, EL 13 Y LAS FOBIAS. Según el escritor el número 7 «cuenta con un club de fans que es espectacular, además de que siempre ha estado muy presente en la vida de los hombres (la creación, los pecados capitales, los sabios de Grecia, las maravillas del mundo)».