Mónica Pulgar

Mónica Pulgar solo tenía 21 años cuando participó en las Olimpiadas de Barcelona. Ella jugaba al baloncesto, deporte que le apasionaba desde pequeña. Ahora, 25 años más tarde, la leonesa lo recuerda con nostalgia. «Fue lo mejor que me ha pasado». Aunque a la base se le quedó una espinita clavada: «Me gustaría haber quedado mejor. Solo perdimos dos partidos y quedamos quintas. Si hubiéramos ganado contra China, que perdimos por solo tres puntos, podríamos haber conseguido una medalla», recuerda.

En la actualidad, Mónica Pulgar trabaja en el negocio familiar de venta de muebles. «Jugué a baloncesto durante unos años. Terminé mis estudios de interiorismo y me puse a trabajar. Nunca me planteé poder vivir del deporte. Este país no valora lo que tiene y muy pocas personas consiguen vivir de deportes minoritarios, y mucho menos si esas personas son mujeres». Y es que la leonesa es consciente de que el hecho de ser mujer se lo ha puesto más difícil. «En estos 25 años la situación de la mujer en el deporte ha cambiado más bien poco, por desgracia». Aunque en Montjuic, nunca se sintió menospreciada. «En las Olimpiadas nadie discrimina a otras personas por su sexo».

Pulgar no opina que aquellos JJ OO cambiasen el país. «Las Olimpiadas solo cambiaron a Cataluña y, sobre todo, a Barcelona. Es una ciudad que me trae muchos recuerdos».