Piluca Alonso
La experiencia de la jugadora de baloncesto difiere de lo que cuenta el resto de los olímpicos leoneses. «La verdad es que no guardo un buen recuerdo de aquellas olimpiadas». Ella no disputó ni un solo minuto en la competición. «Para ir a las Olimpiadas, teníamos que estar cuatro años concentradas en Madrid. Por motivos personales, yo no quise ir y me dijeron que no podría competir en Barcelona 92». Tras esos cuatro años, la Federación de Baloncesto (Fabe) volvió a llamarla para ofrecerle un puesto en el equipo. «Sentía que no debía estar allí, pero no podía negarme a ir porque la Fabe podía sancionarme sin jugar la liga el año siguiente. Además había sufrido un accidente de coche en mayo. El ambiente no era agradable porque ocupé la plaza de Yolanda Moliné, que sí estuvo concentrada. Entiendo la hostilidad de mis compañeras.» Pero según Piluca, esto se debe a que su negativa de ir a la concentración no sentó nada bien en la Fabe. «En Barcelona, el entrenador, Chema Buceta, me dijo que no iba a jugar ni un minuto. Era mi castigo por no querer ir. Me acuerdo exactamente de ese momento. Nunca había contado esto por no perjudicar a la Selección».
Para la leonesa, fue una experiencia muy mala, que le afectó negativamente en la liga del año siguiente. Tras 25 años, Piluca afirma que no guarda rencor a nadie «porque no es sano».