Diario de León

Exposición con sabor de antes

Ponferrada en otros tiempos

La ciudad y sus gentes se retratan en la exposición ‘Ponferrada yeyé’ a través de más de cien fotografías de inmuebles y solares del centro que datan de 1964 y que responden a una curiosa anécdota que ha hecho historia

Un rincón de la exposición que se puede visitar hasta el próximo 16 de septiembre en la Casa de Cultura y Biblioteca Municipal de Ponferrada.

Un rincón de la exposición que se puede visitar hasta el próximo 16 de septiembre en la Casa de Cultura y Biblioteca Municipal de Ponferrada.

Publicado por
Jesús Álvarez Courel
León

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La exposición Ponferrada yeyé recuerda la ciudad y sus gentes en la década de los sesenta del siglo XX. El argumento parte de un curioso expediente del Archivo Histórico Municipal, el del bar Moderno en la plaza de Lazúrtegui. El propietario del solar quería construir un gran edificio, pues las leyes urbanísticas del momento defendían el incremento de la edificación y estas casas pequeñas, de planta y piso, no se ajustaban al concepto de modernidad. El arrendatario quería seguir con su negocio de hostal y restaurante y, para defenderse del desalojo al que querían someterlo, presentó en sus alegaciones más de cien fotografías de otros inmuebles y solares del centro de la ciudad que estaban en iguales o peores condiciones que el suyo. Era diciembre de 1964.

La exposición recoge en esas fotografías la bulliciosa plaza de Lazúrtegui con el teatro Edesa y bares como el Moderno, Caballero, Central, Niza y Nagasaki, además de la cafetería del propio teatro, desde cuya galería se contemplaba el ir y venir de aquellas gentes. Una ciudad cuya empresa madre, M.S.P., tenía unos 5.000 trabajadores y que crecía bajo los proyectos del arquitecto de moda: Mirones. Durante esa década se derriba la vieja iglesia de San Pedro, junto al puente de la Puebla, para instalar el moderno edificio de la Telefónica o el convento de los Agustinos para edificar el imponente Instituto Gil y Carrasco.

El P.G.O.U. de 1963, daba vía libre al Plan Parcial promovido por el Ministerio de Vivienda en el Polígono de las Huertas. Con él desapareció la Ribera del Sacramento, espacio de gran valor hortícola y agrícola e inmemorial tradición del sistema de riego controlado por los «jueces de aguas». En este plan se califican como reserva urbana la gran superficie de los terrenos propiedad de M.S.P., entre la montaña de carbón y la carretera de Coruña y desde ésta a la estación del ferrocarril. La red viaria propuesta preveía la construcción de dos puentes sobre el Sil, uno junto al del ferrocarril y otro en la ribera del Sacramento, donde al final se construyeron el de Garcia Ojeda en 1971 y el del Centenario en 2007.

Los jóvenes acudían al bar Alaska, compraban libros en Zorrilla, ropa en Galerías El Catalán y los pasteles en La Perla. En la plaza de Lazurtegui, los guardias urbanos con uniforme blanco dirigían el abundante tráfico de los flamantes Seat 600, sobre un pedestal y bajo la sombrilla. En el teatro Edesa actuaban los artistas de moda y se proyectaban los mejores estrenos, aunque el Cine Morán comenzaba a ganar adeptos con su pantalla panorámica. En 1962 se inaugura el teatro Adriano, cercano a la pequeña ermita del Cristo, que la modernidad miraba con recelo. La obra elegida para la ocasión fue La dama del alba de Alejandro Casona y la primera película Pijama para dos, cuyas colas aún se recuerdan. Dicen que el día del estreno, salió el propio Adriano Morán a decir a los que querían conseguir su entrada, que al día siguiente habría un pase gratuito para ellos. Allí debutó en 1967 el Conde Gatón con La soltera rebelde de Víctor Ruiz Iriarte, dirigidos por José Cruz Vega Alonso.

Dos ponferradinos (uno de ellos de adopción) triunfaban en el panorama musical español, con varios discos en el mercado. Roberto Lana, obtiene el primer premio en el II Festival de la Canción del Atlántico, con el tema «Corazón con música» y graba dos sencillos: «Llevas mi vida contigo», con la que participa en el Festival de Benidorm-67 y otra para el festival de San Remo. Adolfo Rodríguez Bravo, cantante de los Iberos, triunfa en el panorama de la música pop española de la década de los 60, grabando nueve singles y un LP. Su gran éxito fue «Summertime girl», aunque su inglés tuviera algo de acento berciano.

Los programas de fiestas de la década se hacía eco de la pujanza de la ciudad y aunque la estética de los programas cambia, las actividades no abandonan el guión tradicional, con el tiro pichón como plato fuerte. En 1966 se crea el certamen «Pimiento de oro», entregando el primero a Enrique Fernández Díaz. En los sesenta se construyen muchos grupos escolares y en 1964 salió a la calle el Semario Aquiana, dirigido por Ignacio Fidalgo, que tomaba el relevo del desaparecido Promesa. Otras de las novedades de la década fueron la puesta en marcha del Instituto Politécnico Virgen de la Encina, las piscinas del Club de Tenis, el Colegio de la Asunción, el Hotel Temple o la Residencia Camino de Santiago. Y, por último, se inaugura el nuevo cementerio de Montearenas, el 3 de diciembre de 1965, donde terminan los afanes de la población ponferradina.

La exposición estará abierta hasta el 16 de setiembre, en horario de 8 a 14,30 horas en la Casa de la Cultura y Biblioteca Municipal de Ponferrada.

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