Coño... ¡cómo quedó la casa!
El Edificio Arce (acepción oficial), la Casa del Coño (versión popular), la obra realizada por el arquitecto Francisco Javier Sanz en los años 40 en cualquiera de los casos, acaba de concluir una tarea de remozado que embellece aún más su diseño. Guzmán luce de otra manera desde principios de año.
Paradigma de la construcción de los años 40, la Casa del Coño, es un hito urbano estratégicamente ubicado en uno de los chaflanes mas emblemáticos del ensanche, remate del tramo meridional del frente fluvial, fondo de perspectiva desde el hostal de San Marcos a la Glorieta de Guzmán, que sirve ademas de conexión hacia el vado del río y la estación de tren.-
Según el informe del Colegio de Arquitectos, esta destacada situación, le convierte en portada del área central de la cuidad, que le contempla desde numerosos y lejanos puntos de vista. Ahora, merced a la tarea dirigida por el arquitecto Julián Barreales, que también ha desarrollado proyectos como la remodelación del Colegio de Abogados, el Club Peñalba-Casino de León o edificios varios en zonas del alfoz, goza de una nueva perspectiva.
La planta se ordena mediante pórticos paralelos a fachada que definen dos crujías, mas una tercera en chaflán.
La exterior es una tira continua de estancias habitables e indiferenciadas, de superficie muy similar. La interior agrupa todas las dependencias definidas funcionalmente (cocina, cuarto de plancha, office, cuarto y aseo de servicio, despensas, escalera de servicio, montacargas,…, una modernidad y lujo en la época)
Este modelo de vivienda corresponde a la segregación espacial propia del modus vivendi de la burguesía acomodada de la época, que compartía casa con el servicio, en régimen de internado: la zona noble, volcada a la calle, para los propietarios, y la zona interior, al patio, al servicio y tareas domesticas.
Esta purificación de la crujía externa, de la que se expulsan todas aquellas funciones que precisan de huecos especificos, permite utilizar la seriación de elementos repetidos como recurso principal para la composición de la fachada.
Detalle de la iluminación
FONDO ISÓTROPO
Sobre el fondo isótropo que dibuja la retícula de vanos, se superpone la clásica distribución tripartita (zócalo, entablamento y cornisa) y un tratamiento en volumen y acabados que le confiere verticalidad.
El zócalo incluye la planta comercial y un nivel superior de usos terciarios, oficinas, que se manifiesta con tipo de hueco diferente. La franja de coronación superior, coincidente con el ultimo piso, mantiene el lenguaje general. Su definición se obtiene con una simple imposta corrida y el retorno de la totalidad de la franja al plano principal, eliminando los voladizos.
El volumen, rotundo y compacto, se remata con una potente cubierta de pizarra, que no figura representada en los planos del proyecto original, descompuesta en varios volúmenes que acentúan la axialidad y el enfatizan su eje en cada una de las tres fachadas del inmueble en su aspecto definitivo.
Planos del edificio.
Comparando el proyecto con la realidad, se detectan algunos cambios: se levanta una planta suplementaria que escalona la silueta del edificio y triplica los ejes de simetría, se modifican las carpinterías y recercados de la planta principal respecto a las del resto del edificio, se eliminan las balconadas, etc…
CORRECCIONES SIMPLES
No obstante, estas modificaciones han supuesto simples correcciones de diseño que han mantenido la coherencia y potencia arquitectónica del resultado final.
Así que el resultado final de esta ultima intervención, deja una nueva imagen que pretende recuperar el espíritu y concepción del edificio original, dando todo el protagonismo a los remates y piezas ornamentales singulares, remarcando la presencia y el protagonismo del paño de ladrillo completo, marcando volumetrías, los planos de la alineación, y los planos de los vuelos, en lugar de a cada cerco de ventana como elemento singular.
Se enfatizan los elementos formales como telón de fondo de los elementos decorativos, con especial interés en resaltar la decoración neobarroca de los remates de cubierta. La comunidad de propietarios, asesorada en esta intervención por el arquitecto Julián Barreales González, ha sido plenamente consciente del importante valor arquitectónico de este edificio y de su conservación como parte del patrimonio arquitectónico y monumental de esta ciudad, y con esta intervención se ha tratando de ser lo mas respetuoso posible con el mismo, actuación cuyo objetivo es únicamente el de recuperar la concepción original del edificio, así como resaltar diversos motivos ornamentales del mismo que en estos ultimos años han quedado «desvirtuados» o «escondidos», como por ejemplo los remates neobarrocos de la cubierta.
PROFUNDA INVESTIGACIÓN
Se ha hecho una profunda y exhaustiva labor de investigación del edificio tanto a nivel de proyecto original, como de las evoluciones que ha sufrido a lo largo de su vida útil para la realización de esta intervención.
Hay que destacar especialmente el trabajo de iluminación de los remates y elementos ornamentales de cubierta llevado a cabo, que han recuperado visualmente unos elementos decorativos que habían quedado desvirtuados y perdidos, y que en el transcurso de las horas nocturnas alcanzan todo su esplendor, siendo total y absolutamente protagonistas del edificio, que se han recuperado y puesto en valor para su contemplación por toda la cuidad de León y sus visitantes.
El resultado final es una delicia y comporta un nuevo aspecto que, sin perder la esencia de lo que había hasta ahora, gana enteros de forma notable en la percepción definitiva.