La leche de burra que amaba cleopatra
Cuentan que Cleopatra adoraba bañarse en leche de burra y que precisamente ése era el secreto de su eterna belleza. La antigua reina de Egipto conocía ya entonces las propiedades hidratantes y nutritivas de este blanco producto.
No han sido muchos los que se han atrevido a emularla pero parece que no está lejos la solución para quienes se han quedado con ganas de hacerlo. Quizás sea el jabón con leche de burra, uno de los productos que barajan sacar al mercado la Asociación Nacional de Criadores de Raza Asnal Zamorano-Leonesa (Aszal), que lleva tiempo buscando ir un poco más allá y revitarlizar a este animal que tanto ha aportado y que ha visto invertir su pirámide poblacional y su número de criadores, que alcanza los 350. «Queremos conseguir nuevos usos para el burro zamorano-leonés, nuevas actividades como el ordeño de leche para hacer jabones o su uso en rutas turísticas, además de la asnoterapia», señala Jesús de Gabriel, secretario de Aszal. El labrado de viñas y huertos o los burros gigantes conocidos como ‘garañoñes’ son otras alternativas con las que trabajan de cara a un futuro próximo.
Ahora mismo lo que mantiene a esta peculiar raza es el ocio, pues atrás quedó su papel en el cultivo, por ejemplo. Pero el burro zamorano-leonés parece que quiere continuar escribiendo su historia.