Diario de León

Otra herencia de aquel 11-s

Diecisiete años después, más de 10.000 personas sufren o han sufrido cáncer u otras enfermedades relacionadas con el humo y las partículas de polvo que inundaron el área del Bajo Manhattan tras el colapso del World Trade Center.

Albert Biatta, de Queens, reza en la piscina de la Torre Norte durante un acto celebrado en memoria de las víctimas de los ataques terroristas del 11-S en 2001, en el World Trade Center.

Albert Biatta, de Queens, reza en la piscina de la Torre Norte durante un acto celebrado en memoria de las víctimas de los ataques terroristas del 11-S en 2001, en el World Trade Center.

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AGENCIAS
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Docenas de sombrías ceremonias a través de todo Estados Unidos marcaron esta semana el decimoséptimo aniversario de los atentados del 11 de septiembre de 2001 a las Torres Gemelas, el Pentágono y el vuelo 93 de United Airlines, en los que perecieron casi 3.000 personas y cuyas consecuencias afectan aún a decenas de miles.

El presidente, Donald Trump, y su esposa Melania homenajearon a las víctimas en una ceremonia ante el Monumento Nacional a los Caídos de Shanksville, Pensilvania, donde cayó el aparato secuestrado cuando los cuarenta pasajeros se hicieron con su control tras neutralizar a los cuatro terroristas de Al-Qaida que supuestamente pretendían estrellarlo contra la Casa Blanca. El vicepresidente, Mike Pence, encabezó la ceremonia del Pentágono, donde otro avión capturado impactó causando el colapso parcial del muro oeste del edificio y la muerte de 125 empleados. En Nueva York, los familiares de las víctimas, junto a autoridades y la organización del Monumento a los Caídos, se congregaron en la Zona Cero.

En total 2.996 personas murieron en los tres ataques, otras 6.000 resultaron heridas y muchos miles padecen enfermedades. Cientos de familias no tienen todavía un lugar donde velar los restos de los allegados desaparecidos, ya que los restos de 1.113 víctimas aún no han podido ser identificados, un 40% del total de los fallecidos.

Muchos de los miles que vivían o trabajaban en los alrededores de las Torres Gemelas, junto a los miembros de los equipos de rescate y los trabajadores que participaron en la limpieza de los escombros en la Zona Cero han muerto o enfermado. Los diagnósticos de cáncer surgen en gran número por la toxicidad de los materiales.

Estrés postraumático

De hecho, diecisiete años después más de 10.000 personas sufren o han sufrido esta enfermedad u otras relacionadas con el humo y las partículas de polvo que inundaron el áreadel Bajo Manhattan tras el colapso del World Trade Center. Entre ellos destaca el caso de un grupo de quince hombres que han sido diagnosticados de cáncer de mama, un tipo de tumor extremadamente raro entre la población masculina. Otro grupo de veinticinco estudiantes evacuados de centros de bachiller y preuniversitarios cercanos pero que retornaron a sus clases un mes después de los ataques, comenzaron a tener síntomas de cáncer al cumplir edades entre los 20 y los 30 años. Además, se repiten males de reflujo gastroesofágico y muchas víctimas se ven obligadas a vivir con estrés postraumático y ataques crónicos de ansiedad y pánico.

La Agencia Federal de Medio Ambiente terminó admitiendo tiempo después que se había equivocado al declarar que el aire alrededor de la Zona Cero era seguro. Por ello, los afectados por problemas de salud pueden acogerse a un seguro médico y recibir una indemnización. Sin embargo, el Fondo de Compensación a las Víctimas, que hasta ahora ha pagado 43.000 millones de dólares (37.110 millones de euros) a más de 19.000 supervivientes y miembros de los equipos de rescate, expira en 2020, por lo que las familias de las víctimas quieren ahora pedir una prórroga al Congreso.

Solidaridad

La solidaridad de los neoyorquinos y visitantes se hace presente con cada aniversario de los atentados terroristas del 11-S de 2001, como ocurrió el martes pasado, cuando decenas de personas recordaron a las víctimas 17 años después de la tragedia.

La ‘zona cero’, como se conoció el lugar tras los ataques, y que está usualmente concurrido por albergar varias estaciones del metro y comercios, no paró de recibir gente durante todo el día. Pero esta vez se detenían, tomaban fotos, vídeos o simplemente observaban en silencio los espacios donde una vez estuvieron las torres gemelas, blanco del atentado en Nueva York, donde casi 3.000 personas perdieron la vida.

«Hoy hay más gente de lo habitual y un poco más de policías», dijo a Efe Malcolm, un guardia de seguridad de la gigantesca estación del World Trade Center, que tiene forma de ave y varios niveles, diseñada por el arquitecto español Santiago Calatrava donde antes estuvieron las torres y que alberga exclusivas tiendas.

En el decimoséptimo aniversario del peor atentado terrorista de EE UU, la zona, que quedó destruida, ya ha recuperado totalmente su vitalidad con la apertura de la estación de metro Cortlandt, cerrada desde entonces para la ruta de la línea 1, que viaja entre el distrito El Bronx y el bajo Manhattan.

Sin embargo, el martes quedaron cerrados los cuatro accesos a esa estación en el World Trade Center y algunas calles aledañas durante varias horas debido a la ceremonia anual en memoria de las víctimas, a la que acudieron miles de personas, entre ellas el gobernador Andrew Cuomo y el alcalde Bill de Blasio.

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