Los suecos se retratan
Este fin de semana concluye un proyecto que ha permitido a 365 ciudadanos de Suecia gestionar la cuenta oficial del país en Twitter.
Con pelirroja barba ‘hipster’ y gorra de golfista, Mattias Axelsson dice tener una doble vida. De día es profesor y de noche, bloguero especializado en tradiciones suecas. Es el último «comisario» de una de las 20 cuentas oficiales que tiene Suecia en redes sociales. En este caso, Twitter. El perfil @sweden cambió a su tuitero de cabecera durante siete años, uno por semana, al que daba carta blanca. Mattias no perdió el tiempo. Por ejemplo, hace unos días publicó 44 veces: ‘selfies’, fotos a su taza de café, disertaciones sobre las navidades y otras informaciones pedestres —entre las que se cuela una denuncia sobre el mercado inmobiliario— engordaron los 197.000 tuits, seguidos por 146.000 usuarios. Mattias vive su semana de fama, convertido en emblema de una nación a la que se podría radiografiar de un modo general a partir del detalle de la persona que se autorrepresenta en la red social. O no, porque el elegido tenía que escribir en inglés y ser un internauta consolidado, lo que reducía el abanico de opciones.
Este experimento de antropología digital, llamado ‘Curators of Sweden’, fue puesto en marcha en diciembre de 2011 por el Gobierno sueco a través del Swedish Institute (Si). «Hemos recibido muchos correos electrónicos y llamadas telefónicas de organizaciones y países que han querido hacer algo similar», aseguró Anna Rudels, directora del Departamento de Digitalización y Comunicación del Si, en la web oficial. «El proyecto ha ganado más premios que la mayoría de iniciativas comunicacionales suecas, unos 30, incluyendo dos leones de plata en Cannes».
Con el objetivo de demostrar que el suyo «es un país abierto y democrático», Rudels puso al mando de los contenidos a gente propuesta por cualquiera y seleccionada por el instituto sueco. Rebecka, de 31 años y titulada en Osteología; Mehmet, turco de 25 años que reside en Suecia desde 2016; Louise, campeona de waterpolo en Estados Unidos; Marco, italiano de 44 años que ocupa un alto cargo en un instituto de investigación; Sten, farmacéutico jubilado que vivió en Vietnam... El que puso la primera letra fue Jack Werner, un editor y periodista que «buscó palabras ‘cool’ en inglés» para sus primeros tuits: «Bueno, supongo que ahora soy yo quien está tomando las decisiones para esta cuenta», «esperen gatillazos y bromas», «¿quiénes sois vosotros, chicos?». En el desfile de personajes destaca Birgitta Jonsson, con 81 años y cuatro nietos, que en su turno escribió: «En 2014 tuve un derrame cerebral. Tenía mi tableta en el hospital y logré iniciar sesión en Facebook. Las historias reconfortantes y los buenos deseos me dieron fuerza». Uno de los más jóvenes, en contraposición, meditó: «Qué triste es bailar ‘Dancing queen’ de Abba». Entre los últimos tuits de este proyecto con fecha de caducidad dentro de tres días, el 30 de septiembre, no podía faltar una fotografía del menú del día en una tienda Ikea. Gambas con aguacate.