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CANTO RODADO

Victorino vende otra moto

Érase una vez un empresario minero que sólo tenía una moto. Esta semana hemos comprobado que tiene otra y la ha vendido con éxito en la Audiencia Provincial de León. Una buena burra, sí señor..

León

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Érase una vez un hombre que no pagaba la pensión alimenticia a sus hijas, uno de tantos. Este señor juró que no tenía medios económicos para cumplir con sus obligaciones parentales. Y también aseguró que la única propiedad a su nombre era una moto que le había regalado su padre.

Este es un cuento muy real. En Laciana lo conocen muy bien. Al igual que otras leyendas, que no son urbanas, del conocido empresario minero. El escenario: un juzgado de León hace algo más de un cuarto de siglo. Todavía hay muchos padres divorciados que no pagan la pensión. A diario se ven casos en los juzgados y se sufren en las casas, mayormente en silencio.

Pero volvamos a nuestro hombre. Por aquellos días anadaba en tratos con el Gobierno, que era del PSOE, y con Caja España, que también estaba gobernada por el PSOE y era la dueña del complejo minero declarado en quiebra técnica.

El empresario que solo tenía una moto, que se la había regalado su padre, quería comprar la MSP (Minero Siderúrgica de Ponferrada), gran motor económico de Laciana, el Bierzo y la provincia de León durante casi un siglo. Era un hombre con ambición, no cabe duda. Un valiente, según los cánones del capitalismo.

Que un señor insolvente, a los ojos de la justicia, que es evidente que es ciega, aspirara a ser el dueño de la Minero parecía de chiste. Pero fue algo muy serio que sucedió en León. Y aquí el cuento empezó a cambiar. El señor pagó algo de la pensión a sus hijas mientras el erario público se hacía cargo y condonaba un montón de deudas a la Seguridad Social de la Minero (25.000 millones de pesetas, o sea, 150,2 millones de euros) para garantizar los puestos de trabajo y la paz social.

La Seguridad Social, sí, esa que persigue a las pequeñas empresas y a los trabajadores y trabajadoras por cuenta propia a la mínima deuda. Ese organismo que no perdona ni un euro, ni se aviene a negociar con la pequeña gente que acaba echando la chapa al local y a sus sueños. Esa institución en la que hay funcionarios (y funcionarias) que se atreven a decir al autonómo o autónoma que por culpa de su morosidad no va a llegar para pagar las pensiones. Sí, ese lugar que demolieron y levantaron a precio de oro en la Avenida de la Facultad, echó en un saco roto las deudas grandes empresas, como la MSP, pero es cruel y devastadora con personas que se han dejado la piel en su negocio. Ahora la Justicia, ciega a conveniencia, da otra vuelta de tuerca al juicio a Victorino Alonso por un delito medioambiental que la fiscalía de Ponferrada ha investigado durante años tras la denuncia de Antonio Tronco, dueño de parte del monte invadido por el Feixolín, la gran explotación a cielo abierto que iba a garantizar el empleo en Laciana.

El empresario minero, o lo que sea, ha vendido otra moto. Una buena burra para retrasar aún más el proceso judicial. Mientras tanto, Laciana camina hacia cifras de población que cada vez están más cercanas al censo de principios que de finales del siglo XX. Aparte de la deuda histórica que el erario se echó al costado, a la MSP (luego Uminsa y CMC) se les dieron millones de euros en subvenciones para el lavadero, para la nueva mina de Cerredo, etc. etc. en la era del PP.

Pero nadie pensó en las niñas y en los niños que crecían en el valle ni en su futuro. Los gobiernos, uno tras otro, han sido muy malos padres para las cuencas. Muy malos.

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