En busca de tripulación
La asociación Amigos de los Grandes Navegantes y Exploradores Españoles quiere conmemorar la hazaña de Magallanes y recorrer la misma ruta.
Hace casi 500 años que la expedición capitaneada por el portugués Magallanes partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda para encontrar nuevas rutas comerciales, con una tripulación de 239 marineros y cinco naos. Tres años después regresaba un único barco con el español Juan Sebastián Elcano al mando de menos de veinte sobrevivientes. En el camino quedó el piloto principal, que murió en Filipinas en 1521, y gran parte de la tripulación, algunos ajusticiados por rebeldes, otros fallecidos por enfermedad y unos cuantos apresados. «Fue la primera vez que una nave dio la vuelta al mundo, algo que había intentado Colón, pero él se topó con un obstáculo, llamado América», dice José María Morales, secretario de los Amigos de los Grandes Navegantes y Exploradores Españoles (Agnyee). Esta asociación de navegantes quiere conmemorar la hazaña del mítico marino y recorrer la misma ruta a bordo de un barco de vela, bautizado ‘Pros’, de 21 metros de eslora, cuatro menos que la nao ‘Victoria’ original.
Pero para zarpar el mismo día (20 de septiembre), medio siglo después (2019), aún falta lo esencial: la tripulación. Si en aquella época Magallanes tuvo que recurrir a indisciplinados forajidos que se amotinaron a bordo debido a lo incierto del viaje, ahora Morales y sus socios desean reclutar 120 voluntarios. No importa género, edad o profesión. Ni les pagan ni ellos pagan para hacer tareas que van desde «fregar cacharros hasta decidir la ruta» y, desde luego, ver lo que pocos. Durante 37 meses, los turnos serán de seis a bordo a la vez. «Se piden dos cosas», puntualiza Morales, durante la presentación del proyecto en el Cuartel General de la Armada. «Una, que sepan sacarme del agua si me caigo; otra, que sean capaces de hacer guardias nocturnas».
Tres océanos, tres años
Hasta ahora están apuntados 40 que ya han pilotado el barco en verano, en rutas hasta Canarias y Venecia. Todos entre 60 y 70 años. Una de las asistentes, patrona titulada, pregunta: ¿habrá psicólogos a bordo?, porque, claro, la convivencia puede ser difícil». Morales le da la razón: «Lo peor a bordo es la mala leche. Pero a diferencia de los pioneros nosotros tenemos motor, para cuando no haya viento, llevamos poco peso para alcanzar una buena velocidad y sabemos a dónde vamos». Tres océanos, tres años. Galápagos, Cabo Verde, Guam, Bora Bora…
Para revivir la experiencia única descrita por Melville o Conrad, la ruta se dividirá en seis etapas. La más arriesgada será cerca del lugar en que Magallanes perdió la vida, donde se alerta de ataques piratas. «Tenemos tres propuestas para enfrentarlos», confiesa Morales con ironía. «Ir armados con tripulantes adiestrados, protegidos por barcos de la armada filipina o pagarle a los piratas para que nos protejan de ellos mismos». La travesía promete emociones aunque no todos los días se encuentre una ballena blanca.