CANTO RODADO
El milagro de los drones
Mientras aplican la ‘demotanasia’ a León con unas políticas que castigan a la juventud y al medio rural, nos vienen ahora con el cuento de que los drones van a salvar el patrimonio que enterraron..
A las numerosas capitalidades que ostenta León de un tiempo a esta parte —parlamentarismo, gastronomía, etc. — hay que sumar la relevancia que ha adquirido la capital del viejo reino en los ensayos con drones. La provincia tiene un potencial tecnológico, que se suma a su enorme riqueza agroalimentaria, patrimonial, cultural y paisajística y humana.
Trabajar con todos estos recursos propios, además de atender a la ciudadanía en general, incentivar el retorno del talento y cuidar bien a las personas más vulnerables, son algunas de las cosas que hay que hacer, en lugar de llorar, ante el panorama de debacle demográfica.
Los pronósticos son demoledores desde los años 70 del siglo XX. No iban a cambiar ahora, sin que se haya hecho algo por evitar lo que anticipaban desde la Geografía Humana, la Sociología y el mismo sentido común. Al contrario, se ha hecho para confirmar los peores augurios. A León se le viene aplicando la ‘demotanasia’ con las políticas de centralismo pucelano y liquidación salvaje de la minería, a lo que hay que sumar la corrupción y corruptelas en torno a los fondos Miner y otras ayudas. Entre todos la mataron y ella sola se murió. Han expulsado a la juventud y castigan cruelmente a los pueblos, y a las personas que aún resisten en el mundo rural.
Así que la predicción del INE, que avanza una pérdida poblacional de más de 51.000 residentes en tres lustros, es un mero cálculo matemático, un trágico algorritmo en el que se cruzan las muertes por ancianidad, con la tendencia de una natalidad muy alejada de la tasa de reposición. Todo contando con la inmigración, ese fenómeno que criminalizan las derechas de este país, va a suponer un freno a una pérdida que sería de 20.000 personas más.
Mientras, hay quien aprovecha para colar su propaganda de salvación. Ya lo hizo antes con el cuento del santo grial, asunto en el que se ha invertido dinero público sin control, y ahora vuelve a la carga con unos drones que presentan como la salvación del patrimonio que han enterrado con la complicidad de la Comisión Regional de Patrimonio, o sea, de Valladolid.
Me refiero al Ayuntamiento de León y al vicus de Puente Castro, la ciudad romana que creció al albur de la Legio VII y que el anterior equipo de Gobierno, también del PP, dejó sepultada tras invertir medio millón de euros en su excavación arqueológica. Como enterrados han dejado los restos romanos de la plaza de San Pelayo. No hay dinero, dicen. Qué lástima. Con lo que peleó la concejala de Cultura por los Principia cuando no tenía responsabilidades políticas. Ahora, Margarita Torres organiza excursiones con drones sobre los restos del vicus, en parte documentado en una de las pocas excavaciones públicas que se han hecho en la capital, y el castro judío, estudiado durante años por el equipo de José Luis Avello de la Universidad de León. El uso arqueológico de drones es algo habitual. La pregunta es si esta excursión que venden como milagrosa es necesaria.
Es lamentable que se presuma de patrimonio y luego se entierre o se deje morir de desidia, como el cubo romano que rodea al palacio del Conde Luna. La ‘joya romana’ salió a la luz tras el derribo por ruina, y peligro para la muralla, de propiedades de la Fundación Álvarez Carballo —Obispado— que pagamos entre toda la ciudadanía. Aún no se ha hecho nada, mientras se sigue prometiendo y compremetiendo dinero para el museo de la Semana Santa en el Seminario Mayor. ¿Otra prioridad para el turismo?
Desde luego, falta una oposición municipal responsable que actúe en bloque contra estas pomadas de Fierabrás que vende el PP. El único milagro de los drones que cabe esperar es una candidatura a la alcaldía que le quitaría la sonrisa a Silván. De momento lo quiere rentabilizar Gema Villarroel. Qué raro.