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El clan de los bolsonaro

El exmilitar y candidato ultraderechista favorito para convertirse el próximo día 28 en el nuevo presidente de Brasil ya va por su tercer matrimonio. Promete que sus hijos son y serán siempre «hombres» y que su pequeña hija Laura, de 7 años, «solo una mujer». Toda una declaración de intenciones.

Marcelo Sayao

Publicado por
marcela valente
León

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Pregonero de valores familiares tradicionales —que utiliza como ariete contra la llamada ‘ideología de género’—, Jair Bolsonaro, el candidato ultraderechista favorito para convertirse el próximo día 28 en el nuevo presidente de Brasil, ya va por su tercer matrimonio. Sin embargo, ha logrado que sus exmujeres, sus cinco hijos y la joven esposa actual le apoyen en su carrera electoral y conformen un clan que se inclina ante el patriarca y participa en la campaña.

El ‘capitán’ —como le gusta ser llamado al exmilitar— acudió por primera vez al altar acompañado de Rogeria, madre de sus tres hijos mayores, que sigue utilizando el apellido de casada y le apoya en su trayectoria política. «Mujer inteligente vota a Bolsonaro presidente», dice enfundada en la camiseta de la selección brasileña en un vídeo difundido por las redes sociales. «No es racista, ni homófobo, ni misógino. Confío en él. Con toda certeza él sí», proclama en oposición al sector de la población femenina que protesta contra Bolsonaro bajo la consigna ‘Él no’.

Los hijos de Bolsonaro y Rogeria son los tres mosqueteros de la causa derechista. Flavio, de 37 años, fue electo senador el pasado día 7; Carlos, de 35, es concejal en Río de Janeiro desde 2000 y Eduardo, de 34, se convirtió recientemente en el diputado con más votos de la historia de Brasil. Los logros electorales de los vástagos resultaron un aparente reconocimiento de los votantes a los gestos más que polémicos del patriarca.

En plena campaña Flavio justificó a colegas de su partido que rompieron una placa en homenaje a una concejal izquierdista asesinada a tiros en marzo en Río de Janeiro. Según él, «restauraron el orden» al destruir el panel de Marielle Franco, el nombre con el que sus deudos habían rebautizado una plaza carioca sin esperar el trámite legislativo.

También Carlos estuvo en el centro de la polémica por compartir en las redes sociales la fotografía de un montaje que mostraba a un hombre ensangrentado, con una bolsa cubriéndole la cabeza, atado en los brazos y con marcas en el pecho que lo identificaban con la protesta de mujeres contra Bolsonaro. El modelo simulaba ser un hombre torturado salvajemente por asistir a esa manifestación. Y Eduardo, el senador, fue cuestionado cuando en plena campaña aseguró que «las mujeres de derecha son más higiénicas que las de izquierda».

El descendiente discreto

Sólo quedó al margen de la controversia el cuarto hijo, Renan, de 20 años. El más discreto de los muchachos es hijo de su segunda esposa, Ana Cristina Valle. Según el periódico ‘Folha de Sao Paulo’, la mujer se fue a Noruega en 2009 y pidió asilo mediante un telegrama a la cancillería por presuntas amenazas de muerte de su exmarido. Cuatro testigos confirmaron desde el país escandinavo las penurias de Ana con su ex —que por años le impidió volver a ver a su hijo—. Pero ella salió a desmentir todo. Acusó al periódico de mentir y aseguró que Bolsonaro era buen padre y buen marido.

Con su actual mujer, Michelle, de 36 años, Bolsonaro fue padre de una niña, un suceso que para horror de las feministas definió como «un momento de debilidad». Ella tenía además otra hija de un matrimonio anterior y que vive con ellos. Michelle, su «ancla», según la ha definido el candidato, casi no asiste a actos públicos. Pertenece a la iglesia evangélica, y apenas se la escuchó repetir «amén» en una de esas celebraciones en las que participó con su marido, contrario a las identidades que escapan a la división heterosexual. De hecho, promete que sus hijos son y serán siempre «hombres» y que su pequeña hija Laura, de 7 años, «solo una mujer».

En más de una oportunidad, y aún sabiendo que su eventual interlocutor era gay, Bolsonaro llegó a decir que prefería que un hijo muera en un accidente antes de que sea homosexual. Dijo que los homosexuales «escapan a la normalidad» y que «antes había pocos», pero que con la mayor liberalidad, las drogas y el trabajo de la mujer fuera de casa, comenzó a haber muchos más.

Más polémicas

La revelación sobre el uso masivo de información falsa en redes sociales echa sombras sobre la campaña del candidato ultraderechista brasileño Jair Bolsonaro, en franco ascenso en los sondeos de cara a la segunda vuelta del 28 de octubre. El diario Folha de Sao Paulo reveló ayer que empresarios financian con contratos millonarios la divulgación de noticias irreales contra el izquierdista Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT) y segundo en las encuestas. Haddad anunció que hará una demanda ante el tribunal electoral y cuestionó a los empresarios involucrados y a su rival. «Dice no tener dinero para campaña pero está haciendo la campaña más rica del país con dinero sucio», señaló. Asimismo, sostuvo que Bolsonaro «creó una organización criminal de empresas» que mediante fondos no declarados «difunde por WhatsApp mensajes mentirosos» y dijo tener datos de 156 compañías involucradas en las donaciones ilegales que serán llamadas a declarar.

También el PT reveló mediante un escrito que «hay una acción coordinada para influir en el proceso que no puede ser ignorada por la justicia electoral ni quedar impune». Según el periódico, mediante contratos de hasta 12 millones de reales (2,8 millones de euros) las empresas compran «paquetes de disparos en masa» con mensajes falsos contra el partido que se esparcen por WhatsApp. Para la semana próxima en vísperas de la segunda vuelta «se prepara una gran operación». La denuncia causó estupor más allá del PT. El presidente del partido desarrollista PDT, liderado por Ciro Gomes —tercero en primera ronda— anticipó que pedirá la anulación de las elecciones. Bolsonaro se limitó a dar una respuesta breve e irónica en Twitter: «El apoyo voluntario es algo que el PT desconoce y no acepta».

Ataques en redes sociales

Antes de la primera vuelta —que terminó con 46% para Bolsonaro y 29% para Haddad— el PT había denunciado la divulgación de noticias falsas sobre su candidato. Por ejemplo una supuesta voluntad suya de legalizar el incesto y la pedofilia. La justicia electoral ordenó a Bolsonaro retirar publicaciones de Facebook y de YouTube. Pero ahora la denuncia es más grave y pone en duda el resultado.

El director de Datafolha, Mauro Paulino, advirtió ayer de que el salto de Bolsonaro en las encuestas «fue impulsado por fraude». Sí se había previsto su triunfo pero por menos margen. sigue acelerado. Según el sondeo Ibope del 15 de octubre, el candidato ultra tiene un 59% de respaldos frente al 41% de Haddad. Y el rechazo de los electores hacia este último es ahora mayor.

Haddad confiaba en reducir la brecha mediante un debate pero hasta el momento Bolsonoaro se rehusó por razones médicas, ya que fue blanco de un atentado el 6 de setiembre por el cual debió ser operado en el abdomen. No obstante ayer su cirujano declaró que a partir de ahora la participación «depende de él».