Controversia en israel
El ultraderechista Avigdor Lieberman deja el país a merced de nuevos comicios tras retirarse su partido de la coalición de Gobierno en repulsa por la tregua con Hamás. El exministro de Defensa entiende que se trata de un pacto acordado con los palestinos que supone una «capitulación ante el terrorismo».
Israel entró de lleno esta semana en campaña electoral tras la dimisión del ministro de Defensa, Avigdor Lieberman. 24 horas después de la entrada en vigor del alto el fuego en Gaza, el político ultraderechista de origen moldavo anunció el miércoles que dejaba su puesto. Además informó de que su partido, Yisrael Beiteinu, abandonaba la coalición de Gobierno porque la tregua acordada con los palestinos supone una «capitulación ante el terrorismo» y pidió comicios anticipados.
El movimiento de Lieberman deja al primer ministro, Benjamín Netanyahu, con el control de 61 de los 120 escaños de la Cámara y provocó que otro de sus aliados, el partido ultranacionalista Hogar Judío, reclamara la cartera de Defensa para su líder, Naftalí Benet, aunque esta podría recaer finalmente en el propio Netanyahu. Hamás calificó la dimisión de «reconocimiento de derrota ante la fuerza de la resistencia».
Una operación encubierta fallida del Ejército el pasado domingo por la noche fue la chispa que provocó el momento de mayor tensión en Gaza desde la guerra de 2014. Dieciséis personas perdieron la vida en las siguientes 48 horas —14 de ellos milicianos palestinos, un soldado israelí y un civil palestino que trabajaba en territorio hebreo—. Las facciones lideradas por Hamás lanzaron más de 400 cohetes y las Fuerzas Armadas contraatacaron con el bombardeo de más de cien objetivos, una respuesta «insuficiente», según Lieberman. «El Estado compra tranquilidad a corto plazo al precio de graves daños a largo plazo para la seguridad nacional», afirmó este político, residente en una colonia de Cisjordania.
Naciones Unidas y Egipto lograron mediar para lograr un alto el fuego que, en palabras de Netanyahu, «lo imploró» Hamás y ellos «sabían muy bien por qué». Fuentes del Likud —el partido que preside el mandatario— citadas por el diario The Jerusalem Post aseguraron que el primer ministro israelí será quien asuma ahora la cartera de Defensa, que se sumará también a las de Exteriores y Sanidad. El jefe del Gobierno, en cambio, no hizo declaraciones sobre esta polémica provocada por Lieberman y que podría obligarle a convocar elecciones anticipadas a comienzos del próximo año.
El voto ultranacionalista
Yisrael Beitenu cuenta con cinco parlamentarios y el exministro de Defensa ha lanzado este doble órdago a Netanyahu y a Benet, actual titular de Educación y enemigo directo en la lucha por el voto del ultranacionalismo judío. Una apuesta arriesgada ya que, aunque ostentara la cartera de Defensa, el primer ministro es la persona que realmente tiene en sus manos las decisiones claves sobre la seguridad del país.
Ante las posturas de Lieberman y Benet, que exigen más mano dura con Gaza, Netanyahu ha preferido alejar la opción de una nueva operación militar para descontento de una parte de Israel. En medio del terremoto provocado por esta dimisión, en la coalición de Gobierno, Shuli Mualem, diputada de Hogar Judío, declaró que si Benet no es nombrado nuevo titular de Defensa, el partido «no continuará siendo parte del Gobierno». Un movimiento que dejaría al primer ministro en minoría en la Cámara.
En la Franja, entretanto, siguieron de cerca una crisis política que «es un reconocimiento de derrota, fracaso e indefensión al hacer frente a la resistencia palestina. Es una victoria política para Gaza, que tuvo éxito en su constancia», según el portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, quien recordó que Lieberman «quería asesinar físicamente a Ismail Haniye —el jefe político de la organización islamista—, pero la resistencia palestina armada le ha asesinado políticamente».
El ultraderechista que dimite
Lieberman es referente de la ultraderecha sionista laica y líder del partido y socio gubernamental Israel Nuestro Hogar. El mandatario, residente en una colonia en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, miembro del Parlamento israelí (Knéset) desde 1998, con varias carteras ministeriales en su historial y hasta ahora socio de la coalición gubernamental con los cinco escaños de su formación, pedía desde hace meses una fuerte operación militar contra el movimiento islamista Hamás en la Franja.
Lieberman ha mostrado un perfil duro a lo largo de sus dos décadas de ejercicio político, ha sido tachado en el pasado de racista y ha promovido iniciativas ultraderechistas que para muchos están fuera de la corrección política y vulneran el respeto hacia los derechos humanos y libertades fundamentales.
Una de sus recientes propuestas más polémicas es su impulso de un proyecto de ley que endurecería y facilitaría la aplicación de la pena de muerte a los condenados por terrorismo, pendiente de debatirse en el Parlamento y criticado por entidades defensoras de los derechos humanos, como la ONG israelí Adalah, que la considera «exclusivamente destinada a los palestinos».
Firme defensor de la construcción y ampliación de asentamientos en territorio palestino, iniciativas que ha promovido en los últimos años como titular de Defensa, Lieberman es refractario a que Israel haga grandes concesiones a los palestinos en un hipotético proceso de paz y, siguiendo la tradición del revisionismo sionista, considera que la Cisjordania ocupada forma parte del Gran Israel.
Formalmente, no se ha opuesto a la solución de los dos Estados, pero en el pasado ha propuesto medidas como la eliminación de la Autoridad Nacional Palestina o el desplazamiento forzoso de los árabes de Israel, despertando las críticas de partidos de izquierda y moderados y de la clase política palestina, y ha sido acusado de «racista, fascista y antiárabe» por la Lista Conjunta, coalición de partidos árabes en la Knéset.
Ante la creciente tensión en Gaza y las siete últimas escaladas militares, reclamaba asestar un duro golpe a Hamás como receta para erradicar el lanzamiento de cohetes hacia Israel, y el pasado mayo tachó a los líderes del movimiento islamista de un «puñado de caníbales que también tratan a sus propios niños como munición».
En 2009, después de que Israel Nuestro Hogar se convirtiera en tercera fuerza política con 15 escaños, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, le entregó la cartera de Exteriores, que abandonó a finales de 2012 al verse inculpado por abuso de confianza y fraude, pero la Justicia le absolvió de los cargos y en noviembre de 2013 recuperó la jefatura de la diplomacia israelí hasta mayo de 2015.
Tras estar un año en la oposición, Lieberman fue nombrado ministro de Defensa en mayo de 2016 por Netanyahu, una decisión polémica por su escasa experiencia en el terreno militar en relación a sus antecesores en el cargo. Nacido en Moldavia en 1958, cuando esta república formaba parte de la URSS, Lieberman emigró en 1978 junto a su familia a Israel donde, tras realizar el servicio militar obligatorio, cursó Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Hebrea de Jerusalén, combinando los estudios con su trabajo como portero en un club nocturno. Con un marcado acento ruso en sus discursos en hebreo, comenzó su trayectoria en 1993 trabajando para la formación conservadora Likud, donde se convirtió en secretario general del partido hasta 1996, cuando se erigió en director general de la Oficina del primer ministro, entonces bajo Netanyahu. Posteriormente, creó su propio partido, Israel Nuestro Hogar, que en gran medida ha recibido el apoyo de los inmigrantes judíos de procedencia soviética, un colectivo que integra a más de un millón de personas en el país.