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REVISTA

Caricias musicales contra el cáncer

Los progresos de la ciencia posibilitan resultados cada vez más alentadores en la lucha sin cuartel contra el cáncer, uno de los grandes monstruos de nuestra trepidante época. Batalla que cuenta en la actualidad con un nuevo y llamativo factor puesto en marcha por el Hospital de León: la musicoterapia como elemento de bienestar para el paciente durante su tratamiento

Música en la sala de Oncohematología del Hospital de León.

Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

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La vida, decía John Lennon, es lo que te sucede mientras haces otros planes. Así es la naturaleza humana, siempre expuesta a la posibilidad de contraer una enfermedad tan devastadora como el cáncer, creando una situación de riesgo extremo para el afectado. Acudir al hospital no se considera un plato de gusto, pero es justo el momento en que puede comprobarse que el Estado y sus cuidados y recursos no están mal cuando uno los necesita. En realidad es justo lo contrario, ya que gracias al esfuerzo de una plantilla con muchísimas horas de ring se van incrementando paulatinamente los logros en prevención, diagnóstico y control de los tumores.

Aseguran que en la Sanidad Pública, y más concretamente en el área de Oncología del Hospital de León, tenemos unos profesionales soberbios, hombres y mujeres decididos a realizar los mayores esfuerzos con tal de garantizar el bienestar de los afectados por un mal que produce una sensación de universal desolación. Para combatir tamaño ramalazo de frustración y negatividad, los doctores y enfermeras parecen tener un máster, en este caso de los de verdad, en entrega, eficacia y personalidad, actitud idónea para encarar una realidad durísima que es preciso afrontar de cara.

Escribió Séneca, muchos siglos atrás, que gran parte de la curación está en la voluntad de sanar, y lo cierto es que poco a poco se va desarrollando una biología específica para cada tumor y una personalización de los tratamientos encaminados a fulminar el veneno del cáncer. Ejerciendo la medicina con la mayor entrega, el batallón disciplinado, tenaz y perseverante que integra el Servicio de Oncohematología, empujado día tras día por el oro impagable de la ilusión, se ha decidido a implementar un estudio de investigación pensado para aportar un pálpito de alivio a la tiranía de la enfermedad.

LENGUAJE UNIVERSAL

La medicina es, básicamente, el noble arte de disputar los hombres a la muerte. Y también la vocación de mejorar la zona de confort y el hábitat de los pacientes dentro del hospital, volcados con sus respectivos tratamientos en la heroica tarea de seguir viviendo. De esta forma nace una estrategia pensada para mejorar la realidad y basada en el lenguaje universal de la música y su suprema elegancia. Un placer que dispara la imaginación y favorece una mejoría en el nivel de relajación y en el estado de ánimo del paciente, lo que repercute favorablemente en su calidad de vida.

Es de estricta justicia destacar a los investigadores que han impulsado semejante alarde de solidaridad. Y más ahora, cuando parece que todos estamos jubilados de cualquier forma de idealismo. Son, tanto monta-monta tanto, Ilenia Cascallana, Alba García Casanova, María Teresa Puente y José María Palanca de la Varga, todo ellos una fábrica continua de sonrisas y amabilidades. Acompañados en su entrega, naturalmente, por todo el equipo del hospital de día oncohematológico.

La durísima ley del realismo impone la evidencia de que seguir un tratamiento oncológico no es precisamente un camino de rosa, aunque aliviado en buena medida por el trato exquisito y el comportamiento ejemplar de la nómina de profesionales que trabajan en el hospital de León, capaces de cristalizar en la práctica su mucha experiencia y saber estar. Su exquisito proceder les lleva a desvivirse por los hombres y mujeres a su cargo, a quienes se trata y atiende de la forma más amable posible.

Y así, con la intención de extender su benéfico manto sobre la angustia de los pacientes, nacen iniciativas como la de la musicoterapia, una propuesta saludable que requiere la firma de los afectados, dando su consentimiento para seguir tan novedoso procedimiento de estudio. Una vez cumplida la intervención musical por maestros como Laura Suárez o Marcos Piñeiro a modo de sugerente motivación emocional, se deberá contestar una serie de preguntas relacionadas con los niveles de ansiedad.

Naturalmente, toda la información relacionada con un protocolo tan bienintencionado, pensado para hacer sentir razonablemente bien, es confidencial (LOPD 15/99). Sin embargo, tanto los informes del estudio como la publicación en revistas biomédicas, o la presentación en congresos y revistas científicas de los resultados de esta investigación, se mantendrá una estricta confidencialidad acerca de la identidad de los pacientes. En definitiva, una posibilidad cierta de incrementar los lazos de amistad entre unos y otros, aparte de sumarse a los pequeños milagros que se producen cada día en el hospital de León en relación al tratamiento de los tumores.

Al piano, Marcos Piñeiro, que junto a Laura Suárez interpretan para los pacientes piezas musicales. JESÚS F. SALVADORES

Ilenia Cascallana, Alba García Casanova, María Teresa Puente, José María Palanca de la Varga y el equipo al completo. JESÚS F. SALVADORES

JESÚS F. SALVADORES

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