CANTO RODADO
No mueren, son asesinadas
La persecución a las pseudoterapias me hace pensar en el placebo electoral. Con yoga, que me perdone la ciencia, mucha gente vivimos mejor. Con pseudopolítica, nos engañan y camuflan los problemas..
Hay organizada una comisión de investigación en el Ministerio de Sanidad para depurar a las pseudociencias. Reiki, yoga, acunputura, homeopatía y hasta 130 `pseudoterapias´ están bajo la lupa de la administración. Quieren protegernos, dicen, de falsos remedios y fraudes a la salud de las personas.
Resulta chocante que preocupe al Gobierno que la gente haga yoga en lugar de tomar ansiolíticos o se fíe más de la acupuntura que de los relajantes musculares. O que ataquen a la homeopatía en base a que no es más que un placebo, mientras permiten que las multinacionales nos envenenan con pesticidas.
Al mismo tiempo, la misma clase política, pero de otra familia, nos vende en León, con pátina médica y científica, las rutas saludables por los parques para las personas con Epoc. Se reían de las rutas del colesterol que inventaron las mujeres de los pueblos cuando los médicos empezaron a hablar de los peligros del chorizo y demás grasas, y la mecanización o el abandono del campo empezó a demandar menos esfuerzo físico que antaño.
Ahora que casi habíamos conseguido que las mujeres dejen de ser seres pasivos, muertas, cuerpos degollados o masas informes que se precipitan al vacío sin saber cómo. Ahora que ya sabemos que las mujeres víctimas de violencia de género son asesinadas —qué importante es que lo digan voces con autoridad, como lo repitió ayer la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, en la jornada sobre violencia de género y medios de comunicación.
Precisamente, ahora, hay mucha pseudopolítica que desmontar. Hay que desenmascarar a esos curanderos de la política que nos atiborran todos los días con píldoras de placebo electoralista. El PP presume de ser el ‘químico’ del Pacto de Estado contra la Violencia de Género, mientras su jefe de filas, llama a los maltratadores —muchos son asesinos— ‘chicos malos’.
Ahora que a todo el mundo se le llena la boca con la palabra conciliación. Nos encontramos con que Ciudadanos afea al Gobierno el decreto para elevar a 8 semanas el permiso de paternidad en 2019 y 16 en 2021. ¿Acaso tiene dudas de que esa equiparación al permiso de maternidad es urgente y necesaria?
El cinismo y el oportunismo son los peores ingredientes de la pseudopolítica. Esa práctica habitual con la que nos defraudan en tres o cuatro dosis diarias.
La pseudopolítica es esa práctica en la que decir mentiras es la receta diaria. Las fake de Pablo Casado sobre el ‘procés’ y sobre Cataluña en lugar de costarle el puesto le dan como un aire de grandeza al timador. Nos aturde la pseudopolítica porque la política quedó enterrada en el exilio, como Machado en Colliure, tras cruzar los Pirineos caminando y con la palabra como único equipaje. Se hace camino al andar.
Y se hace política cuando se empiezan a tomar soluciones reales para los problemas reales. El consejero de Sanidad, ya en retirada, anunció esta semana un plan de incentivos para que las plazas médicas del medio rural, de zonas como Riaño o Cabrera, sean atractivas para galenos (y galenas) de verdad.
Una medicina que debería prescribirse para todas las profesiones que han huido del mundo rural en las últimas décadas. Maestros y maestras, veterinarios y veterinarias... Quedan muy pocos que vivan en los pueblos donde ejercen la profesión. Algún verso suelto en Riaño, alguna vocación inquebrantable en Maragatería... Y se van jubilando.
Hay que depurar la pseudopolítica. Y hay que meterse en política, desde la base y la responsabilidad. El movimiento feminista, que se mide en la calle el 8-M, es política. Y hace falta que esa política, la de verdad, entre en las instituciones. Y un poco más de yoga, por favor.