Diario de León

Así se crea el gran lujo

Los artesanos de Hermès abren sus bastidores y desvelan en Roma los secretos de la fabricación de bolsos, fulares, guantes o corbatas

ALESSANDRO DI MEO

ALESSANDRO DI MEO

Publicado por
LAURA SERRANO- CONDE
León

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Más de 4.500 artesanos trabajan a diario con suma destreza y delicadeza en la confección de bolsos, vajillas, corbatas, relojes y joyas para la prestigiosa casa de moda francesa Hermès, técnicas que ahora desvelan en Roma en una exposición insólita que muestra al público cómo se crea el lujo.

La firma parisina fundada en 1837 ha elegido como título ‘Dietro le quinte’ (‘Entre bambalinas’) para llevar parte de sus talleres a la capital italiana por unos días en un lugar privilegiado como es el Museo arqueológico del Ara Pacis.

Hermès abre sus bastidores e invita a los amantes de la moda a conocer cómo trabajan diez de sus artesanos en la fabricación de bolsos, guantes, fulares, corbatas, joyas y hasta sillas de jinete. Aude reproduce con extrema precisión una serie de flores en un plato de delicada porcelana, realizada en la ciudad de Limoges, y explica a los visitantes cómo ha pintado a mano cada uno de los platos, bandejas y jarrones que exhibe para la ocasión.

Es el caso de la colección formada exclusivamente por 24 platos de distinto tamaño, decorados con una imagen de un tigre en tonalidades azules en porcelana de altísima calidad, tal y como asegura a los asistentes, mientras acerca cada una de las piezas a lámparas para demostrar cómo la luz traspasa la materia.

Para dar vida a cada una de sus excepcionales creaciones dedica cerca de un mes, con un total de 80 horas de trabajo, y utiliza pigmentos naturales, en polvo, que mezcla con aceite de trementina.

El primer diseño de cada una de sus piezas lo hace con un lápiz de mina grasa y, una vez creada la plantilla, utiliza una técnica de repetición para reproducir con gran velocidad los diseños.

Aude advierte a los visitantes de que no todas las vajillas de Hermès están pintadas a mano, sino solo las piezas más exclusivas.

El relojero es Cesare Monticelli y cada día trabaja con gran meticulosidad y perseverancia para marcar el ritmo de las horas y montar inteligentes rompecabezas mecánicos, llenos de tornillos, engranajes, ruedas y piñones. Ahora, presta sus lentes de aumento al público para que vean «el corazón» de los relojes y les indica cómo se montan y se desmontan, unas labores que necesitan de mucha paciencia y concentración.

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