Bienestar

Cree que su bienestar depende demasiado de lo que pasa a su alrededor? ¿Es de esas personas que cuando las cosas van bien, se siente bien y cuando las cosas van mal, se siente mal? Hay quien cree que no es bueno que su bienestar dependa de estar bien con la pareja, de tener un trabajo estable o de alcanzar un objetivo. Que quiere sentirse bien independientemente de sus circunstancias.

Y esto, ¿cómo se consigue? ¿Cómo se llega a un estado de paz interior que no se tambalee porque algo externo vaya mal? En mi opinión, es el resultado de un camino de autoconocimiento y autovaloración en el que desaparecen los apegos y uno entiende que el auténtico bienestar es interior. Porque cuando uno conecta con su esencia y se gusta como es, ya no necesita nada externo para sentirse bien.

Todo esto es cierto, pero ¿hasta qué punto? ¿Y si estuviéramos siendo demasiado exigentes con nosotros mismos cuando nos empeñamos en que nuestro bienestar no dependa de lo que pase a nuestro alrededor? Como si tuviéramos que ser seres todopoderosos que no dependen de nada ni de nadie para estar contentos.

Porque, si le gusta viajar, es lógico que se sienta mejor cuando tiene un viaje a la vista. Lo mismo que si le gusta ir al cine es razonable que le haga ilusión saber que hoy va a ir, o que si le gusta el deporte esté de mejor humor cuando lo practica… Si no nos juzgamos por sentirnos mejor cuando hacemos algo que nos gusta, ¿por qué si lo hacemos cuando estamos tristes o preocupados porque nos ha pasado algo negativo?

Lo que quiero decir es que vale ya de creer que nuestro bienestar debería ser interior y no depender de nada externo. Que lo mismo que es normal que hagamos cosas porque nos hacen sentir bien, también lo es que echemos en falta algo para estar bien. Que lo importante es aceptar lo que siente, observarlo y reconocer qué es eso que anhela y no tiene ahora mismo. Y cuando sepa de que se trata, ¡a por ello! Seguro que puede ser feliz sin ello. Pero si es más feliz con ello, ¿qué le impide salir a buscarlo?