El grito de las tierras mineras

La minería del carbón ha condicionado en los últimos doscientos años de forma directa la vida de muchas zonas de las provincias de León, Palencia y Burgos y de forma indirecta la economía de toda Castilla y León.

El negro ha teñido amplios territorios, dejando su huella en el paisaje natural y humano de unos lugares que se han ganado por derecho propio el nombre de Tierras Mineras de Castilla y León.

El Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León, con sede en Sabero, ha querido recordar y poner en valor la historia de estas cuencas, su pasado de trabajo y esfuerzo y su contribución al progreso y el bienestar de todos, con la exposición de producción propia Tierras Mineras de Castilla y León, comisariada por los historiadores de la minería Roberto Matías y Fernando Cuevas. En la misma han colaborado el Ayuntamiento de Sabero, el Centro de Interpretación de la Minería de Barruelo de Santullán y el Club de Entibadores Palentinos.

Esta exposición es la primera de una serie, ya que como afirman desde el centro «cuando pensamos en ella vimos que era imposible hablar de todas las cuencas de la comunidad, imposible acoger a todas en una sola muestra y por eso decidimos centrarnos en esta primera ocasión en dos cuencas, Barruelo de Santullán y Sabero, con una historia y unas circunstancias parecidas. En próximas ediciones tendrán cabida otras cuencas».

«Aun así —matizan en el museo— también vimos que cada una de estas cuencas podía ocupar varios edificios como el que tenemos para exposiciones temporales, por lo que decidimos acotar el espacio, el tiempo y los contenidos, buscando que el visitante que no conoce estos dos lugares se vaya de la exposición con unas pinceladas de la historia minera de Barruelo y Sabero y con las ganas de saber más de ellos y de conocerlos».

Y así se ha hecho, ciñendo el lugar geográfico a los municipios concretos de Barruelo de Santullán y Sabero, ya que por su entidad otros municipios o poblaciones de estas cuencas, como Vallejo de Orbo, La Ercina o Cistierna, merecerían figurar con nombre propio en otras ediciones de la exposición.

«El discurso expositivo —explican en el MSM— arranca en los inicios de la minería más o menos ordenada en estas cuencas y acaba en el año de su final como zonas productoras de carbón. Desde entonces hay una historia que contar tan importante que tendrá que ser objeto de otra muestra».

Los contenidos priman el carácter divulgativo e histórico, por encima del técnico, estando enfocados a un público general, que no conozca apenas estas tierras mineras. En ellos el visitante va a poder encontrar aspectos básicos como la ubicación y las características de estas zonas carboníferas, los hechos históricos más relevantes en su trayectoria, los empresarios y técnicos clave en el desarrollo de esta actividad, las empresas destacadas que acogió, las instalaciones mineras más representativas y por supuesto podrá poner cara y escuchar la voz de algunos de esos trabajadores que son los auténticos protagonistas de estas tierras mineras.

De nuevo el museo sorprende con una exposición propia, convirtiendo elementos con una fuerte carga histórica y emotiva en espacios expositivos muy originales que sirven para conocer mejor los entresijos de estas dos cuencas hermanas.

Tierras Mineras de Castilla y León se puede visitar de forma gratuita en horario de museo hasta el día 31 de agosto.