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Laboratorio sostenible

Innovadores proyectos están atrayendo a Asia a muchas empresas para sumarse al reto del progreso ambiental frente a la crisis climática.

Una pareja toma fotografías del distrito financiero de Singapur.

Publicado por
Amaya Quincoces Riesco
León

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Singapur, un pequeño país de modernos rascacielos, se ha convertido en los últimos años en gran «laboratorio» para la sostenibilidad, con innovadores proyectos que están atrayendo a Asia a muchas empresas también españolas, para sumarse al reto del progreso ambiental frente a la crisis climática.

Aunque hace medio siglo Singapur era un territorio poco sostenible, como cualquier otro en vías de desarrollo en la región, este país, con solo 5,5 millones de habitantes, ha crecido en poco tiempo de forma exponencial y ahora es muy desarrollado y comprometido con el medio ambiente. Quizá ese compromiso ambiental se ha debido a su pequeño tamaño y política de tierra ganada al mar, que le exige tener en cuenta la sostenibilidad; no obstante, «todavía le queda un importante camino por recorrer, pese a sus grandes avances», coinciden en declaraciones a Efe las empresas españolas reunidas en un recinete congreso internacional celebrado en el país.

En Singapur, en áreas muy concretas en ciudades «inteligentes» su tecnología es realmente puntera y es uno de los países más avanzados desde el punto de vista arquitectónico en Asia, precisa a Efe Patri Tarek Kheireddine Dorronsoro, de la consultora española de arquitectura e ingeniería Idom. Por su parte, la empresa de reciclado de neumáticos «Life for Tires» destacó su tecnología puntera, con negocios en cuatro continentes, y desde Pitgem, una pequeña empresa de base tecnológica, su director Pablo Viejo, destacó la detección de plagas que permite su tecnología, entre otros problemas que están aumentando con el cambio climático.

Desde su independencia de Malasia en 1965, Singapur se ha convertido en referencia económica para el sudeste asiático —que suma más de 600 millones de habitantes— no solo desde el punto de vista tecnológico, sino también financiero.

«En Singapur, se están labrando las nuevas generaciones de bonos-financiación verde. Las condiciones de financiación de proyectos se suavizan si el proyecto tiene impacto positivo en la sostenibilidad ambiental», explica a Efe, José María Blasco, consejero económico y comercial de la embajada de España en el país asiático.

Una de las banderas precisamente de Singapur es su proyecto «Zero Waste Nation», o «País con Cero Residuos», y una de sus grandes obras de ingeniería es un enorme vertedero sostenible en alta mar sobre el que crece vegetación e incluso viven algunas especies animales.

En las últimas décadas los planes de desarrollo del país han ido desde la transformación industrial, la inversión y apuesta por el empleo hasta una economía basada en el talento, el I+D+i y los aumentos de productividad, «con una aplicación muy liberal de los programas económicos», apoyándose en un sector exterior 2,5 veces mayor que su PIB, según Blasco. En Singapur, el agua que se distribuye es potable y apta para el consumo humano aun careciendo el país de este recurso de forma natural a base de crear plantas para su tratamiento con las últimas tecnologías.

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